• Las prejubilaciones del banco catalán en 2016 tuvieron un coste medio de 430.000 euros
  • Berenberg afirma que los costes de reestructuración en el sector son cada vez más altos
  • La banca ha reducido un 30% su plantilla en España desde que comenzó la crisis en 2008
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Jordi Gual y Gonzalo Gortázar, presidente y consejero delegado de CaixaBankCAIXABANK
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"CaixaBank informa que, conforme al acuerdo alcanzado recientemente con los representantes de los trabajadores, 610 empleados se han adherido al plan de desvinculaciones voluntarias incentivadas para empleados nacidos antes del 1 de enero de 1962, con salidas previstas a finales del segundo y del tercer trimestre de 2017.

La dotación estimada de este acuerdo es de 304 millones de euros brutos que se espera dotar en el trimestre actual, mientras que el ahorro de costes asociado a este plan de desvinculaciones se estima en 65 millones de euros brutos anuales".

Con este escueto comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) informaba el banco catalán hace unos días del cierre del proceso de adhesión a su plan de prejubilaciones con 610 voluntarios, empleados nacidos en 1961 o antes. Es decir, mayores de 56 años.

Este acuerdo también contempla contratar a 450 nuevos empleados con un nuevo horario ininterrumpido de mañana y tarde en 290 oficinas hasta 2019, que fue ratificado por Comisiones Obreras y el SECPB (Sindicato de Empleados de la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona) pero rechazado por UGT. El acuerdo ofrece un 70% del salario hasta los 63 años para la generación de 1960 y anteriores y del 68% para la de 1961.

En enero, CaixaBank aplicó un plan de prejubilaciones voluntarias para empleados a partir de 58 años (nacidos en 1959 o antes) al que se acogieron unos 350 trabajadores de los alrededor de 400 potenciales. El objetivo es prescindir de los trabajadores más veteranos y con mayores sueldos y sustituirlos por menos empleados jóvenes con sueldos también menores y horarios más flexibles.

500.000 EUROS POR EMPLEADO

El hecho de que la entidad se anote 304 millones de euros en costes de reestructuración en el segundo trimestre implica un coste medio de 500.000 euros por empleado, equivalente a cinco años de su salario medio anual, según calculan los analistas de Berenberg.

CaixaBank estima un ahorro bruto de costes de 65 millones de euros, lo que implica un salario medio anual de 105.000 euros. En el primer trimestre, la entidad se anotó provisiones de 152 millones de euros para 370 jubilaciones anticipadas (410.000 euros por empleado). Las prejubilaciones de CaixaBank en 2016 tuvieron un coste medio de 430.000 euros por trabajador, añaden los expertos del banco de inversión.

Estos analistas comentan que "con los ingresos bancarios bajo una presión estructural, los bancos deben hacer más para eliminar su exceso de capacidad y recortar sus costes absolutos. Esto podría verse como positivo, pero no contrarresta el coste natural de la inflación (mayor que el de sus competidores debido a su herencia como caja de ahorros)".

Estos expertos estiman que los costes salariales de CaixaBank subirán un 3% anual (75 millones de euros), asumiendo que la plantilla se mantiene constante y que su estrategia sigue centrada en el crecimiento y en un mayor recorte de costes. "Estas prejubilaciones se encuentran en línea con la estrategia de Caixabank y dentro de su guía de crecimiento de los costes subyacentes menor al 1%".

Berenberg destaca también que "los elevados y cada vez más altos costes de reestructuración muestran que el mercado laboral permanece inflexible, lo que dificulta y encarece reducir los costes". Su previsión es que la reestructuración de la fuerza laboral de CaixaBank dure entre 5 y 10 años, por lo que estas cargas seguirán presionando los retornos y pesando sobre el crecimiento del Valor Neto Tangible de sus Activos (TNAV - 'Tangible net asset value').

UNA TENDENCIA IMPARABLE

Aunque CaixaBank no es una excepción dentro del sector bancario español, ya que todas las entidades financieras han anunciado recortes de plantilla en los últimos meses. Banco Popular confirmó a finales del año pasado que reducirá su plantilla en España en un 20%, en un recorte que afectará a casi 2.600 empleados.

Por su parte, Banco Santander confirmó en 2016 que despedirá a unos 1.200 empleados en España, el 5% de su plantilla, cifra que posteriormente se amplió en otros 460 empleados en su sede corporativa de Madrid.

En 1998, el número de empleados en el sector financiero español llegaba a 247.685, una cifra que aumentó hasta 278.301 trabajadores en 2008, el año en el que comenzó la crisis financiera. Desde entonces, los bancos y cajas de ahorros se han visto obligados a recortar sus gastos de personal y han reducido sus plantillas hasta 194.283 empleados a cierre de 2016, según datos del Banco de España. Esto implica un recorte del 30% en los últimos nueve años. Según Funcas, el ajuste todavía no ha concluido y la banca seguirá reduciendo su número de empleados hasta niveles de 180.000 en el periodo comprendido hasta 2019.

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