- Los sindicatos esperan que se avance información sobre el ajuste esperado
- Las bajas podrían alcanzar la cifra de 2.800 trabajadores
Banco Popular continúa trabajando en sus objetivos de reducir costes e incrementar la maltrecha rentabilidad del negocio. Cuatro meses después de una ampliación de capital de 2.500 millones de euros y con un cambio en el cargo de consejero delegado de por medio, parece claro que el siguiente paso será un importante plan de ajuste de plantilla.
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En este sentido, el jueves 15 de septiembre representantes de la entidad se reúnen con los sindicatos para tratar temas relacionados con la jornada laboral y con los horarios de la plantilla. Éstas son las premisas iniciales, aunque todos los implicados dan por hecho que también se hablará de bajas. "Tenemos previsto tratar el tema de la jornada y los horarios, pero sospechamos que nos van a decir algo del ajuste", ha indicado Luis Francisco del Corral, secretario general de la sección sindical estatal de UGT en Banco Popular a la agencia Europa Press.
Larena comunicó a principios de septiembre un plan de optimización operativa a los directivos con el objetivo de “reducir costes”
El banco presidido por Ángel Ron lleva tiempo barajando reducir su red de oficinas y la cifra de empleados. Ron ya dijo en abril que se podría realizar un ajuste “en la medida” en que lo provocaran los cambios tecnológicos, mientras que según recuerda la agencia Pedro Larena, flamante consejero delegado desde finales de julio, comunicó a principios de septiembre un plan de optimización operativa a los directivos con el objetivo de “reducir costes”.
La entidad ha llegado incluso a encargar un estudio sobre un hipotético plan de ajuste y su impacto. La cifra de afectados por el ajuste de plantilla que todo hace indicar que se conocerá este mes podría ascender a 2.800 trabajadores, según publica Expansión. Las bajas se ejecutarían a través de un expediente de regulación de empleo (ERE) que incluirá prejubilaciones y bajas incentivadas.
MOMENTO COMPLICADO PARA POPULAR
Las acciones de la entidad cotizan con descensos en torno al 1% este martes, y se dejan en torno a un 56% en el acumulado de año. Este descenso, mucho más abrupto que para el resto del sector financiero, prueba las dificultades por las que atraviesa el banco. Fruto de ello, el 26 de mayo anunció una ampliación de capital de 2.505 millones de euros, con el objetivo de "fortalecer el balance y mejorar tanto sus índices de rentabilidad como sus niveles de solvencia y de calidad de activos".
Dos meses y medio después de la ampliación, Popular nombró a Pedro Larena como consejero delegado en sustitución de Francisco Gómez, que llevaba en el cargo desde 2013. Así, uno de sus primeros pasos como CEO del banco podría ser el diseño y ejecución de un fuerte ajuste de la plantilla y de la red de oficinas.
Los títulos de la entidad bancaria han cerrado con una caída del 2,82% hasta los 1,17 euros.