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Nemesio Fernández-Cuesta, presidente de Isolux, y Gonzalo Urquijo, de Abengoa.Archivo Bolsamanía

En cuestión de horas, dos de las principales ingenierías españolas dedicadas a proyectos de energías renovables han visto cambiar el signo de su suerte. Abengoa, la multinacional sevillana especializada en agua, energía termosolar y fotovoltáica, ha completado su reestructuración y recapitalización con una inyección de 1.170 millones de euros, liderada por Santander, Caixa, Bankia, Sabadell y Popular. Por su parte, Isolux ha caído en preconcurso de acreedores -un proceso para protegerse de los acreedores- después de no haber conseguido 400 millones de los mismos bancos.

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Con Santander a la cabeza (10%), la banca española ha pasado a controlar el 26% del accionariado de la nueva Abengoa (Bankia, Caixaban, Sabadell y Popular), que ha diluido en un 95% a los accionistas anteriores a este viernes con la emisión de 17.800 millones de acciones. La buena noticia es que Abengoa renace con menos deuda (5.200 millones) y un modelo de negocio que le permitirá, en teoría, ser sostenible en el futuro.

La compañía ha anunciado este viernes que ha completado su reestructuración después de 16 meses de proceso. En la próxima Junta General de Accionistas, ya con los bancos y fondos como dueños, Abengoa afrontatará la fusión de sus acciones y la puesta en marcha definitiva del rumbo de la nueva empresa. Este viernes, las acciones clase B de la empresa andaluza caen un 80%, hasta 0,03 euros, y las A otro 50%, hasta 0,08 euros.

CAE ISOLUX CORSÁN

Junto a la noticia de Abengoa, la banca ha puesto una cruz en su rival en el segmento de la ingeniería de energías renovables Isolux Corsán. De nuevo, Santander ha llevado la voz cantante del proceso junto a Caixabank y Bankia, que controlan la mayor parte del accionariado de la empresa.

Con algo más de 5.300 empleados y operaciones en 35 países, Isolux lleva años con grandes problemas en torno a su deuda por motivos similares a Abengoa: la inversión en energías renovables poco maduras e ineficientes como la termosolar, cuya pervivencia sólo estaba asentada en las subvenciones públicas.

El accionariado de la compañía quedó compuesto por bancos y bonistas en un 94,67%, mientras que los anteriores accionistas (Luis Delso, entre ellos) de control diluyeron su participación hasta el 5,43%.

La compañía todavía mantiene una deuda de 2.200 millones de euros que fue refinanciada en 2016, pero todavía necesita nuevas inyecciones de capital en un proceso que recuerda al de Abengoa, que también estuvo en preconcurso. La compañía que preside Nemesio Fernández-Cuesta necesita una aportación de entre 300 y 400 millones de euros para garantizar la liquidez

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