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Reuters
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Donald Trump y Jeff Bezos, dos antiguos 'enemigos' que vuelven a estar a la gresca. Ahora, el motivo del conflicto es la concesión por parte del Departamento de Defensa de un contrato valorado en 10.000 millones de dólares, que lleva paralizado desde principios de agosto, después de que el presidente estadounidense denunciase que los requisitos estaban amañados para favorecer a Amazon. El Pentágono decidió entonces ponerlo en pausa hasta dilucidar si está acusación es cierta.

Casi un mes lleva paralizada la concesión de este programa de computación en la nube, conocido como Joint Enterprise Defense Infrastructure (JEDI), por el que la empresa ganadora manejará los datos y las comunicaciones militares de Estados Unidos en todo el mundo durante los próximos diez años.

Sin embargo, el secretario de defensa, Mark Esper, no ha contactado con Amazon y tampoco piensa hacerlo, según tres personas cercanas al proceso, citadas por Financial Times. Tampoco habría solicitado más información a Microsoft, la segunda compañía mejor colocada para ganarlo.

Estaba previsto que la concesión del contrato se resolviese en agosto. El mes está llegando a su fin y aún parece lejos de concluir, lo que preocupa a los oficiales militares estadounidenses, que temen quedarse atrás en la carrera por revisar y actualizar los sistemas informáticos. El ejército tiene prisa por trasladar su información de los servidores físicos a la nube.

LOS 'INFLITRADOS' DE AMAZON EN EL DEPARTAMENTO DE DEFENSA

El Departamento de Defensa estadounidense es el encargado de decidir quién se hace con esta concesión. Y aquí es donde entran las sospechas de un trato de favor hacia Amazon, ya que dos de los ayudantes del anterior secretario de Defensa fueron consultores que asesoraron a Amazon Web Service (AWS) en otros contratos gubernamentales.

Ante estas evidencias, Trump acusó a Amazon de conspirar para crear un monopolio en la nube del Departamento de Defensa en los próximos diez años. Hay que recordar que la empresa de Jeff Bezos, a través de AWS, ya se adjudicó la administración de la nube de la CIA y es el único proveedor con autorización para manejar los documentos clasificados del departamento.

Oracle, otra de las competidoras por hacerse con este contrato, dio un paso más y, este verano, registró una protesta formal ante el Congreso. Esta compañía también fue la primera en denunciar esta supuesta trama cuando, a través de su vicepresidente ejecutivo, Ken Glueck, sostuvo que los requisitos de JEDI estaban creados para que Amazon ganase. Esta empresa también presentó una demanda contra el Departamento de Defensa en diciembre del año pasado.

El juez falló en contra de Oracle, pero también advirtió de que al menos dos funcionarios del Pentágono habían incumplido sus obligaciones éticas. La compañía estadounidense ya ha anunciado que apelará esta decisión, aunque otra de las opciones que le queda es ver qué decide el inspector general del Pentágono, que también está investigando cómo se elaboraron los requisitos de la oferta y si había conflicto de intereses con alguno de los funcionarios.

Google era otra de las compañías que comenzó la carrera para hacerse con el programa JEDI. Sin embargo, decidió abandonar tras una petición de sus empleados, que aludieron preocupaciones éticas por las que se mostraban en contra de suministrar su tecnología al ejército estadounidense.

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