La victoria electoral de Donald Trump ha dado un vuelco a los mercados bursátiles. Su segundo mandato, que empezará a andar en los próximos meses, ya se está haciendo notar en las cotizaciones, provocando una elevadísima volatilidad en la renta variable por el llamado 'Trump trade'. Las empresas y activos que se pueden ver más favorecidos por la segunda presidencia del republicano se han disparado en bolsa, mientras que los potenciales perdedores se desangran. Entre estos últimos se encuentran las empresas de energías renovables.
En los últimos días, las ganancias de los bajistas en estos valores se cuentan por miles, aunque no tanto como se pueden recortar las inversiones en renovables en la primera economía del mundo. Según un estudio del laboratorio de ideas Net Zero Industrial Policy Lab, un organismo vinculado a la Universidad John Hopkins, 80.000 millones de dólares en inversiones podrían redirigirse hacia otros países.
Sin embargo, todavía es pronto para saber cuál será exactamente la hoja de ruta de la nueva Administración con las renovables. Movimientos conservadores y cercanos al movimiento MAGA ('Make America Great Again') han defendido su oposición a la inversión en energías limpias, como el la Heritage Foundation y su 'Project 25'. Este es un conjunto de propuestas ultraconservadoras para una eventual segunda presidencia de Trump, como la abolición del Departamento de Educación federal, el control partidista de instituciones clave como el Departamento de Justicia, el FBI o la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) o revertir postulados clave de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés).
Esta legislación aprobada en 2022 por la Administración Biden está diseñada para frenar la inflación, entre otros, mediante la reducción del déficit y la promoción de las energías limpias. El IRA contempla importantes incentivos y créditos fiscales para fomentar y aumentar la rentabilidad de los proyectos de energías renovables en el país.
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Así recomienda JP Morgan posicionarse en el mercado tras el triunfo de TrumpEs fácil ver como esta política, que ha sido clave para atraer a inversores interesados en participar en la transición energética de Estados Unidos, podría estar en peligro si Trump y el Partido Republicano la reforman por completo. No obstante, Christian Rom, gestor principal de cartera de DNB Fund Renewable Energy, se muestra más cauto y asegura no ver un aumento de los riesgos ni las incertidumbres en el corto plazo.
"La cuota de inversión y empleo creada por el programa de apoyo a la IRA se ha dejado sentir con más fuerza en los estados republicanos. Esto ha llevado a varios republicanos a hacer público su apoyo a la IRA. El presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, comentó en septiembre que 'hay que usar un bisturí, no un mazo, porque hay algunas disposiciones ahí que han ayudado en general'", señala este experto.
Asimismo, Rom señala que, durante la primera Administración Trump, se mantuvieron los Créditos Fiscales a la Inversión gracias al fuerte apoyo bipartidista al programa. En consecuencia, el sector de las energías renovables superó al índice MSCI World en los doce meses siguientes a la primera victoria electoral de Trump.
MOTIVOS PARA SER OPTIMISTA
Dadas las perspectivas a largo plazo del sector, Rom afirma que parece que ya se han tenido en cuenta muchos factores en las valoraciones actuales de las compañías de energías renovables.
Por un lado, todavía estamos en las "primeras fases" de la electrificación del sector energético, un tema de inversión que sigue "intacto" y que se ve "respaldado por los datos a corto plazo". Y es que la demanda mundial de energía solar se ha duplicado de 2021 a 2023 y se espera que vuelva a duplicarse de 2023 a 2030. "Vestas, uno de los principales fabricantes mundiales de aerogeneradores, tiene una cartera de pedidos récord", apunta Rom.
Asimismo, este experto recuerda que el crecimiento del consumo de electricidad en EEUU es de cerca del 4% en los últimos doce meses frente al estancamiento observado en las dos últimas décadas. De igual modo, la inversión mundial en energías limpias supera ya a la inversión en combustibles fósiles y sigue ganando cuota de mercado en la inversión energética mundial.
Por otro lado, este experto destaca que el crecimiento de los centros de datos es otro factor que apoya esta transición hacia la electrificación, ya que su consumo intensivo requiere de una inversión suficiente en energías renovables para satisfacer sus necesidades.
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¿Qué significa el retorno de Trump a la Casa Blanca para las empresas europeas?"Es probable que este impacto sea más notable en EEUU, donde se calcula que la demanda de los centros de datos podría representar hasta el 10% de la demanda de electricidad de EEUU en 2030, frente a entre el 4% y el 5% en la actualidad. En Europa y el resto del mundo, se prevé que la cuota de los centros de datos en la demanda total de electricidad sea significativamente menor, pero seguirá contribuyendo al aumento de la demanda de electricidad. Esto representa un nuevo efecto neto positivo para el sector, que se ha materializado en los últimos 12 meses", añade Rom.
En cuanto a la energía nuclear, el experto de DNB espera que "forme parte de la solución" para que la transición energética llegue a buen puerto. No obstante, Rom destaca que el coste de las nuevas centrales nucleares, que Lazard estima en unos 180 dólares/megavatio hora ($/MWh), es "significativamente superior" al de las energías renovables; además, el plazo de comercialización de las nuevas centrales nucleares es mucho más largo.
"Por tanto, la energía nuclear sólo será una parte de la solución. Lo mismo cabe decir de las nuevas centrales de gas (aunque probablemente puedan construirse más rápidamente que las nucleares)", agrega.
En el lado negativo, este experto señala que la victoria de Trump puede traer consigo un efecto poco deseado: una subida del déficit y, sobre todo, de la inflación debido al aumento de los aranceles y a las bajadas de impuestos que contempla el programa republicano. Un repunte de la inflación podría presionar a la Reserva Federal (Fed), que se encuentra en pleno proceso de normalización de su política monetaria, y hacer descarrilar sus planes de bajadas de los tipos de interés.
Cabe recordar que los movimientos de los tipos de interés afectan notablemente a las empresas de energías renovables, pues unos niveles elevados encarecen los costes de financiación de estos proyectos. Además, las renovables son activos intensivos en capital, y un entorno de tasas más altas puede hacer que los inversores prefieran activos más tradicionales con menor riesgo.
Sin embargo, Rom cree que este escenario no es tan negativo como el mercado puede pensar. "Creemos que una estabilización de los tipos de interés debería bastar para apoyar el crecimiento del sector de las energías renovables, ya que se mantiene la competitividad de los costes. A largo plazo, consideramos que las ventajas competitivas de las empresas impulsan más su creación de valor que los tipos de interés", sentencia el experto de DNB.
"No esperamos cambios importantes en el fondo debido a las elecciones. Más bien, nuestro proceso de inversión sigue firmemente arraigado en el análisis fundamental ascendente. Nuestra experiencia demuestra que las mejores oportunidades suelen surgir en los momentos de mayor incertidumbre, pero ello requiere un análisis y una evaluación exhaustivos de los escenarios bajistas", concluye Rom.