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Las acciones de Palo Alto Networks se han desplomado un 28,44% en Wall Street. El batacazo bursátil de la empresa de ciberseguridad estadounidense llega después de publicar unos resultados del segundo trimestre fiscal que superaron las previsiones del mercado, pero también de rebajar sus previsiones para el año fiscal que termina en julio.
En concreto, Palo Alto prevé que los ingresos para el año fiscal 2024 se sitúen entre los 7.950 millones y los 8.000 millones de dólares, entre un 15% y un 16% más que el año anterior, pero por debajo de la estimación anterior de 8.200 millones y del objetivo de los analistas de 8.180 millones de dólares. Esta previsión se sitúa muy por debajo de su tasa de crecimiento superior al 25% de los últimos años.
Además, la firma radicada en Santa Clara (California) estima un crecimiento de la facturación total de entre el 10% y el 11%, entre 10.100 millones y 10.200 millones de dólares, 600 millones de dólares menos que en sus anteriores estimaciones.
Asimismo, la compañía prevé en este tercer trimestre fiscal una facturación de entre 2.300 millones y 2.350 millones de dólares (+2%-+4%) y unos ingresos totales de entre 1.950 millones y 1.980 millones de dólares (+13-+15%).
En una conferencia telefónica con analistas, el consejero delegado de Palo Alto, Nikesh Arora, dijo que la reducción de las previsiones se debía a un "cambio" en la estrategia, "con el deseo de acelerar el crecimiento, la migración y consolidación de nuestra plataforma y la activación del liderazgo en inteligencia artificial (IA)", y añadió que la empresa esperaba "un cliente difícil" a medida que la empresa cambiaba de postura.
Esta rebaja de las estimaciones se produce incluso cuando el frenesí de la IA continúa siendo el principal catalizador entre los valores de ciberseguridad y tecnológicos en su conjunto. Arora dijo que la empresa trataría de activar su "estrategia de liderazgo en IA" en el informe de resultados.
Según algunas firmas de análisis, las perspectivas sugieren que los clientes de la compañía podrían estar reduciendo el gasto previsto. No obstante, en una entrevista concedida a Jim Cramer en 'CNBC', Arora aseguró que Palo Alto no rebajó sus previsiones de ingresos porque la firma esperase una menor demanda de los productos de ciberseguridad.
"No hay un abismo en la ciberseguridad. Creo que se trata de una remodelación de nuestra curva de demanda para que podamos crecer más rápido a largo plazo. Queremos seguir adelante, queremos ser capaces de cumplir con nuestros clientes como quieren en este momento para que podamos impulsar este negocio a un número mayor en los próximos años", indicó.
Según Arora, no hay un descenso de la ciberdelincuencia y las conversaciones de la compañía con líderes empresariales sobre sus servicios están "en su punto más alto." Sin embargo, admitió que los clientes están experimentando "fatiga" cuando se trata de procesos de ciberseguridad: tratar e integrar múltiples proveedores de ciberseguridad, infraestructura heredada más lenta, etc.
"A veces hay que consolidarse para salir y doblar desde ahí. No me preocupa el precio de las acciones. Volvamos a lo básico, nuestro negocio es fuerte, la demanda es fuerte", sentenció Arora.
Neil Wilson, director de análisis de mercados de Markets.com, opina que la magnitud del desplome bursátil de Palo Alto "delata la elevada valoración de ciertos valores tecnológicos exagerados y el listón tan alto que tienen que seguir saltando para mantener el fervor de los inversores".
"¿La mina de carbón en lo que respecta a la IA? Si cotizas a 60 veces los beneficios futuros, más te vale que tengas un trimestre explosivo. El desplome de Palo Alto Networks parece haber repercutido en las empresas de ciberseguridad, como la británica Darktrace, que se desplomó un 9% en las primeras operaciones", agrega.
En cuanto a los resultados, la compañía anunció unos ingresos de 1.975 millones de dólares, un 19% respecto al mismo período comparable anterior, y el beneficio se multiplicó exponencialmente desde los 1.746 millones de dólares desde los 84 millones anteriores. En el primer semestre fiscal, las ventas aumentaron 600 millones hasta los 3.853 millones de dólares y el beneficio también se multiplicó, pasando de 104,2 millones de dólares a 1.941 millones de dólares.