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José María Álvarez-Pallete ha cumplido este abril su tercer año como presidente ejecutivo de Telefónica. En este tiempo, la 'teleco' ha logrado cruzar el ecuador de su "transformación en empresa tecnológica", aumentar sus ingresos y márgenes y reducir su deuda de forma orgánica. Los avances del negocio, sin embargo, no se han traducido en un empujón para la cotización para preocupación de sus accionistas. En el trienio de Pallete, los el valor de títulos de Telefónica ajustados por dividendo apenas se ha movido.
La inquietud de los inversores ante el estancamiento de los títulos quedo patente de nuevo en la junta general de accionistas celebrada este viernes en Madrid. Cuando Pallete asumió en abril de 2016, el valor de la acción de la 'teleco' ajustado por dividendo se situaba en 7,77 euros; al cierre de este viernes, 7,45 euros por título. Entre medias, tres ejercicios de esfuerzo para reducir la deuda y no perder comba ante los rivales del sector, y todo manteniendo el dividendo al accionista a pesar de las circunstancias, ha destacado su presidente.
Ante las críticas que apunta directamente a la gestión de la compañía, el presidente de Telefónica ha pedido algo más de paciencia a los inversores: la situación del sector no está siendo fácil, pero los analistas ya aprecian la fortaleza de la 'teleco' y están elevando al alza sus recomendaciones. Según Pallete, el precio objetivo que se fija para Telefónica ofrece un potencial del 22%. El consenso del mercado valora la compañía en 8,81 por acción, un 18% más respecto al valor de mercado actual, según los datos de FactSet. La mitad de los analistas que siguen su acción recomiendan comprar y sólo un 3,6% vender, frente al 12% que pensaban que era mejor desprenderse de los títulos de la 'teleco' hace seis meses.
La 'triada' maldita de Telefónica, según Pallete, la componen la desconfianza de los inversores en el sector de las telecomunicaciones dada la incertidumbre regulatoria y las grandes inversiones que hay que hacer para avanzar en redes; el golpe de las divisas por la volatilidad en mercados emergentes como Latinoamérica y la incertidumbre del Brexit; y el mal desempeño del Ibex 35, donde el sector 'teleco' sigue de capa caída. A nivel europeo, reconoce el presidente de Telefónica, el principal elemento de incertidumbre de su sector es la subasta de espectro en Alemania, que ya supera los 6.300 millones de euros, y las implicaciones que pueda tener en la caja de la compañía.
La compañía mantiene el dividendo en 0,40 euros por título para este ejercicio. Cuando asumió la presidencia en 2016, se optó por recortar la retribución al accionista que previamente se había elevado a 0,75 euros. Ese ejercicio pagaron 0,40 euros en efectivo y 0,35, vía scrip dividend, pero en 2017 se situó en el valor actual.
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Pallete ha aprovechado la cita con los accionistas para hacer un repaso de los 95 años de historia de la compañía y para asegurar que la compañía es "más fuerte que hace tres años", ya que todos los avances tecnológicos como la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT) y el resto de tecnologías que se retroalimentan pasan por las redes de Telefónica, y espera "que eso se vea reflejado en la acción".
"Telefónica está preparada para la revolución digital, pero para eso necesitamos estabilidad política y económica. No podemos desaprovechar la oportunidad", ha subrayado el presidente de la 'teleco' en referencia al potencial que tiene España de aprovechar las oportunidades de la digitalización.
Pallete ha definido el panorama político español tras las elecciones como un "oasis" comparado con otros países del entorno y ha destacado el compromiso con el futuro del país y su atractivo como polo de inversión. "España ha hecho sus deberes y está preparada para aprovechar esta enorme oportunidad que es la revolución digital", ha afirmado. Eso sí, ha pedido "estabilidad" para su proyecto y para poder seguir siendo un aporte a la economía española.
"Telefónica no es un sujeto político, pero es un sujeto económico tremendamente relevante. Por lo tanto, la estabilidad institucional es fundamental para nuestro proyecto. Si a España le va bien, a Telefónica le irá bien", ha concluido en respuesta a las intervenciones de los accionistas.