• La familia Botín ocultó cerca de 2.000 millones en Ginebra para eludir a Hacienda
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Entre los argumentos esgrimidos por Andrea Orcel en su demanda contra el Santander para demostrar el perjuicio sufrido, se encuentra la necesidad de compensarle por renunciar al régimen fiscal favorable de Suiza para pasar a tributar en España. Es decir, el banquero italiano se queja de que fichar por el Santander implicaba pagar unos impuestos que se habría ahorrado si se hubiera quedado en el UBS en Suiza. Se da la circunstancia de que la familia Botín encabezaba la lista Falciani por ocultar unos 2.000 millones en cuentas opacas en ese país.

Como ha explicado Bolsamanía, Orcel asegura en su demanda que el Banco Santander se comprometió a compensarle por la retribución diferida a la que tenía derecho en UBS y a la que debía renunciar con 35 millones en acciones, así como un bonus de fichaje ('sign-on') de otros 17 millones más. Nunca llegó a percibir ninguna de estas cantidades.

Ahora, pretende que le pague ese dinero a pesar de que UBS ya se ha comprometido a pagarle los 55 millones pendientes a cambio de su jubilación. Pero no solo eso: también reclama cinco años del salario pactado (50 millones adicionales, a razón de 10 por año) por los daños y perjuicios económicos, reputacionales, familiares y hasta psicológicos que asegura haber sufrido por culpa de la marcha atrás de su fichaje decidida por Ana Botín en enero.

Para justificar esta reclamación, los abogados del banquero italiano -entre los que se encuentra el bufete español De Carlos Remón- aducen una serie de argumentos, entre ellos que tenía que desplazar a su familia, buscar casa, colegios, etc. en Madrid, y que iba a cobrar menos en Santander que en UBS. Y no solo eso, sino que tendría que tributar más porque su fichaje implicaba renunciar al favorable régimen fiscal suizo y aceptar el español. Es decir, le quedaría menos salario "neto" al tener que pagar una parte mayor a la Hacienda española.

Dicho de otro modo: entre los sacrificios que estaba dispuesto a hacer Orcel para venir al Santander se encontraba pagar impuestos. Los jueces españoles son muy sensibles a las cuestiones tributarias, puesto que precisamente tienen numerosos procedimientos abiertos contra deportistas y artistas por delito fiscal. La evasión de impuestos es uno de los delitos más perseguidos, precisamente por ser una práctica muy extendida y por escándalos tan graves como el de los papeles de Panamá.

ORCEL ESTABA DISPUESTO A HACER LO QUE ANA BOTÍN NO HIZO

Aquí encontramos una curiosa paradoja: la familia Botín fue la principal protagonista de uno de estos escándalos: la lista Falciani, es decir, las cuentas opacas en el HSBC de Ginebra descubiertas a raíz de la sustracción de un CD por parte del informático Hervé Falciani. Los Botín, incluyendo a la presidenta del Santander, tenían en torno a 2.000 millones escondidos en esas cuentas y no solo en efectivo: Jaime Botín (tío de Ana y hermano de Emilio) afloró un 8% del capital de Bankinter oculto en estas cuentas.

Para ocultar ese patrimonio, el clan se valió de sociedades pantalla ('shell companies') en las Islas Vírgenes y Panamá. Tras ser descubiertos en 2015, los Botín regularizaron su situación con el pago de 211 millones, y ni Hacienda ni el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu les acusaron de delito fiscal.

Ahora, Orcel viene a decir a Ana Botín en su demanda que, para fichar por Santander, él estaba dispuesto a hacer lo que ella no hizo durante años hasta que la pillaron: tributar en España. Y por ese sacrificio, el Santander debe compensarle tras echarse atrás en su fichaje.

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