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Andrea Orcel planea iniciar una batalla legal contra Santander después de que la entidad haya decidido dar marcha atrás a su nombramiento como consejero delegado. De acuerdo con la información publicada este martes en Financial Times, el directivo cree que tiene una posibilidades de ganar, dado que dispone de una carta contractual en la que el banco acordó abonarle una remuneración de unos 50 millones de euros.
Esa remuneración a la que el banco se comprometió a pagar, según las fuentes consultadas por el periódico, sería una compensación para el directivo por la retribución en diferido que UBS le adeudaba y que habría perdido en el caso de incorporarse a la entidad española. Santander decidió cancelar el fichaje de Orcel al considerar que el coste de incorporar al directivo "sería una suma significativamente mayor que la prevista inicialmente por el consejo en el momento del anuncio de su nombramiento". El banco consideraba el pago de estas cantidades "inaceptable".
El diario británico publica este martes que el directivo, aún empleado de UBS, ha mantenido conversaciones con varias firmas legales y está "cerca" de encontrar un despacho que le defienda, aunque ha tenido "dificultades" para encontrar uno de alto nivel que no se enfrente a un conflicto de intereses al defenderle por haber asesorado a Santander en el pasado.
"Orcel cree que es muy probable que tenga un caso legal fuerte", señalan las fuentes citadas por FT, que añaden que el directivo busca llegar a un acuerdo con la entidad para evitar una batalla legal. Fuentes cercanas al banco, sin embargo, explican al diario que los consejeros de Santander recibieron asesoramiento legal antes de cancelar el nombramiento.