- También ha puesto a la venta su filial en la República Checa
- Su principal problema es el flujo de caja negativo en su negocio de construcción
- Desde los mínimos de finales de noviembre, sus acciones suben un 48%
Riesgo. Mucho riesgo. Es lo que tienen que estar dispuestos a asumir los inversores en OHL. Porque comprar títulos de la constructora controlada por los Villar-Mir puede ofrecer rentabilidades espectaculares o provocar pérdidas gigantescas en pocas semanas.
- 0,282€
- -0,84%
El último ejemplo: desde los mínimos del 28 de noviembre, OHL se ha disparado un 48%, incluyendo una ganancia cercana al 12% en la primera sesión bursátil de 2017. Pero en los últimos meses hay movimientos aún más impactantes. Desde el 21 de enero de 2016 hasta el 29 de abril, el valor subió un 50%, desde 4 hasta 6 euros.
Y desde finales de abril hasta los mínimos del 4 de agosto (2,11 euros), OHL se desplomó un 65%. Desde ese mínimo en agosto hasta los máximos de principios de octubre, volvió a rebotar casi un 50%, hasta cerca de 4 euros. Y desde esos 4 euros hasta los mínimos de final de noviembre, en 2,44 euros, se dejó por el camino casi un 40%. Una auténtica montaña rusa que ha sido aprovechada por los inversores más astutos, pero que ha dejado en la cuneta a otros muchos.
PROBLEMAS FINANCIEROS
En este escenario, varios son los factores que explican este volátil comportamiento. El primero, y tal vez el más importante, es que OHL tiene problemas financieros. El grupo apostó por una internacionalización a base de grandes concesiones y proyectos de infraestructuras. Estos proyectos ofrecen márgenes de beneficios más elevados si tienen éxito, pero en algunos casos han generado pérdidas millonarias que están lastrando las cuentas del grupo.
Otro de los grandes problemas de OHL, según los analistas y las agencias de rating, es que su flujo de caja libre es negativo
Otro de los grandes problemas de OHL, según los analistas y las agencias de rating, es que su flujo de caja libre es negativo, una circunstancia insostenible y que ha sido castigada por los inversores. Aunque los problemas financieros vienen de más atrás. Por ejemplo, en 2015 cerró una ampliación de capital de 1.000 millones de euros, casi el mismo montante de lo que vale actualmente en bolsa.
En el primer semestre de 2016, su beneficio se desplomó un 94%, hasta los 3 millones de euros. Y su deuda neta de 3.510 millones de euros se convirtió en motivo de preocupación a principios de agosto. Moody's rebajó su rating desde B2 hasta B3, con perspectiva negativa, y mencionó la generación de caja como uno de sus principales problemas.
Tras el desplome de agosto, OHL puso en marcha un programa de recompra de acciones, que sirvió para estabilizar al valor. Sin embargo, los inversores bajistas han elevado sus posiciones hasta controlar actualmente el 6,5% del capital, uno de los porcentajes más elevados en la bolsa española.
Cuando OHL presentó resultados de los nueve primeros meses del año a comienzos de noviembre, sus acciones volvieron a desplomarse un 13%. El 28 de noviembre, Fitch rebajó su rating hasta B+ desde BB-, con perspectiva negativa. Sus acciones cayeron un 4%, hasta 2,44 euros. Fueron los mínimos del último desplome.
"El recorte refleja los retos que afronta la nueva directiva, incluso aunque haya tomado medidas para mitigar los problemas operativos y financieros. Esperamos que los proyectos heredados en pérdidas sigan afectando de manera significativa a los resultados y a la generación del flujo de caja al menos durante los dos próximos años. El flujo de caja negativo ha situado las métricas financieras en niveles que no apoyan el rating actual" (BB-), afirmó Fitch en un comunicado.
La agencia añadió que "los objetivos clave de la dirección son completar los proyectos heredados y centrarse en negocios de concesiones y construcción más pequeños, con menos riesgo y menores márgenes, además de mejorar los procesos de oferta y monitorización de procesos para reducir la probabilidad de proyectos no rentables en el futuro. Además, el programa de venta de activos valorado en 300 millones de euros será importante para aliviar las presiones sobre el flujo de caja".
PROCESO DE VENTA DE ACTIVOS
En este sentido, OHL dio un pase importante el pasado 6 de diciembre, cuando anunció la venta de varios hoteles en México (en el complejo Mayakoba de Riviera Maya). La empresa espera una caja estimada de 218 millones de euros, con un mínimo asegurado de 158 millones de euros y una plusvalía de 71 millones. La agencia Moody's valoró de forma positiva esta operación, aunque desde UBS destacaron su elevado apalancamiento y la debilidad de su negocio de construcción.
OHL negocia la venta de una participación del 40% en el proyecto Canalejas de Madrid, al mismo tiempo que ha puesto a la venta su filial en la República Checa
Además, OHL negocia la venta de una participación del 40% en el proyecto Canalejas de Madrid, al mismo tiempo que ha puesto a la venta su filial en la República Checa, por la que espera obtener unos 50 millones de euros. Estos movimientos han servido para calmar a los inversores y propiciar un nuevo rally bursátil en el valor.
Este lunes, sus acciones se dispararon casi un 12%, después de que Santander Asset Management declarase una participación superior al 3% y de que Invesco elevase su presencia por encima del 5% del capital.
Pero Fitch señaló en su análisis que "la compleja estructura financiera de OHL ha sido una característica negativa" de la empresa frente a otros competidores. Ademas, comentó que la "división de construcción encara una salida de efectivo sostenida que presiona las métricas financieras, lo que hace a OHL más vulnerable frente a otros comparables".
En este escenario, está por ver si la nueva estrategia que el grupo tiene previsto presentar en febrero (al mismo tiempo que sus resultados anuales) surte el efecto deseado y el negocio de construcción comienza a recuperarse. O sí, por el contrario, la debilidad del negocio sigue afectando a los resultados y al flujo de caja de la empresa, lo que reforzará las tesis de los inversores bajistas. Mientras tanto, los minoristas tendrán que asumir riesgo, mucho riesgo, al comprar sus acciones.