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OHL ha cambiado su identidad corporativa y su nombre a OHLA, coincidiendo con su 110 aniversario y con el objetivo de orientar toda su actividad hacia la sostenibilidad, la transparencia y el buen gobierno.
Así lo ha anunciado el presidente y máximo accionista de la constructora, Luis Amodio, que ha defendido esta reinvención de la compañía para seguir evolucionando y adaptar su modelo de negocio a la nueva realidad.
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OHL cierra la venta de un hotel en Londres y concluye su primera ampliación de capital"OHLA es más que una nueva marca o identidad corporativa. Hemos querido conjugar más de 110 años de historia para iniciar una nueva etapa que simbolice el avance, el progreso y la apertura, objetivos que lograremos gracias al talento de nuestro equipo humano, que hace realidad proyectos que mejoran el bienestar de las comunidades en las que trabajamos", ha avanzado Amodio.
El objetivo más próximo de la nueva marca es alcanzar una contratación de más de 3.000 millones de euros en su negocio constructor este mismo año, así como impulsar su división de concesiones como palanca del crecimiento futuro.
En concreto, intentará poner el foco en el sector hospitalario y viario y, por geografías, en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. La línea industrial, por su parte, la orientará a las energías renovables, y la de desarrollo a la construcción y rehabilitación, impulsando al mismo tiempo el crecimiento de su rama de servicios.
El nuevo lema de la compañía es 'Progress Enablers', traducido como 'facilitadores del progreso' y su nuevo logo recuerda a una de las cuatro torres de Madrid, la de Torrespacio, que fue construida por OHL, ahora OHLA, en alusión al 'Avance' que prevé la empresa.
NUEVA ESTRUCTURA FINANCIERA
La compañía aprovecha este cambio de marca tras concluir una operación de refinanciación que le ha permitido reducir en más de 105 millones de euros su apalancamiento e impulsar sus fondos propios en cerca de 180 millones de euros.
Con esta nueva estructura financiera, con la que ha retrasado a 2025 y 2026 el vencimiento de sus principales bonos de deuda, el presidente anticipa una nueva etapa para la compañía con el fin de "afrontar grandes desafíos y apostar por un crecimiento sostenido".
El consejero delegado de OHLA, José Antonio Fernández Gallar, ha explicado que las previsiones de su negocio concesional apuntan a una media de dos nuevos activos cada año, aunque siempre "midiendo bien las fuerzas" de la empresa, en proporción al equity y el balance de la compañía.
"En los últimos años, OHL ha estado débil y no ha tenido el protagonismo que tenía que tener en el mercado, pero ahora empezamos una nueva etapa ilusionados, con un balance reforzado y con el objetivo de volver a ser una de las grandes constructoras del país, como la ha sido en el pasado y como debería de volver a ser", ha añadido Fernández Gallar.
De su lado, el presidente, Luis Amodio, ha vuelto a reiterar ante la prensa su apuesta por OHLA diciendo que no llegó al capital de la compañía por la rentabilidad a corto plazo, sino como una inversión a largo plazo, aprovechando el potencial de la compañía en 26 países: "Había tormenta y hoy vemos un verano de calma con sol y viento a favor", ha sentenciado.
Por otra parte, ha explicado que los ingresos procedentes de su edificio histórico de Londres, el Old War office, se destinarán en un 50% a reducir deuda y otro 50% a la actividad diaria. La distribución de dividendos no se prevé hasta que se refinancien los bonos actuales con nuevas emisiones.
NUEVA ESTRUCTURA ACCIONARIAL
A falta de que se acuerde la nueva estructura del consejo de administración en la próxima reunión de julio, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya recoge la nueva composición accionarial tras el plan de refinanciación.
Una vez la familia Amodio ha inyectado 37 millones de euros en la compañía, su participación se ha elevado al 26%, tal y como estaba previsto en el plan, mientras que Villar Mir la ha reducido al 7%.
El fondo Sand Grove, uno de los mayores acreedores de la compañía, ha incrementado su posición hasta el 15,5%, alzándose como el segundo mayor accionistas, mientras que Tyrus, otro de los acreedores, en este caso vinculado a la deuda de Villar Mir, ha aflorado un 2,35% en el capital.