La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha avisado que los posibles cierres de oficinas tras la fusión de Unicaja y Liberbank afectarán especialmente a las zonas rurales, a pesar de ser una operación positiva para los clientes por la mayor solvencia que tendrán desde ahora las dos entidades.
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La OCU ha alertado de la más que probable "reducción de la competencia, ya amenazada por la reciente fusión de CaixaBank con Bankia, así como de un nuevo cierre de oficinas bancarias, especialmente en el ámbito rural".
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Según la organización, en los últimos diez años, el número de oficinas se ha reducido en un 40%, un hecho que perjudica especialmente a la España más rural, donde viven usuarios bancarios más vulnerables y con un menor conocimiento y acceso a la digitalización.
Es en el ámbito rural donde el nuevo banco tendrá buena parte de sus sucursales, ya que Unicaja y Liberbank sumarán más del 33% de las oficinas bancarias en once provincias: Cuenca (54%), Zamora (50%), Cáceres (50%), Soria (46%), Salamanca (45%), Córdoba (40%), Toledo (37%), Palencia (35%), Ciudad Real (35%) y Valladolid (33%).
Por ello, la OCU ha pedido al Gobierno que garantice "una estructura básica viable" para servicios bancarios esenciales en la España interior. De hecho, considera que el Estado debe valorar el servicio bancario físico como "servicio básico y universal" de modo que se garantice que llega a toda la población.