Octubre amenaza con ser un mes 'caliente' para Volkswagen después de que el mayor sindicato de Alemania, IG Metall, no descarte la posibilidad de convocar huelgas en las plantas de la compañía si la automovilística suprime los acuerdos de seguridad laboral y cierra dos de sus fábricas.
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En este sentido, la jefa del comité de empresa de Volkswagen, Daniela Cavallo, ha anunciado una feroz resistencia de los trabajadores al considerar que el Consejo de Administración ha cometido una "grave violación del tabú".
"Para nosotros, está claro que sólo habrá una forma de garantizar que el resultado final sea que nos las arreglamos sin cierres de plantas", ha subrayado, "y ahora lucharemos ferozmente por ello, como ya he anunciado. Los trabajadores han demostrado hoy que también están dispuestos a recorrer este camino con nosotros", ha dicho, en declaraciones recogidas por 'Reuters'.
De su lado, Christiane Benner, responsable del sindicato IG Metall, se ha mostrado abierta a la reintroducción de la semana de cuatro días en Volkswagen. "No debemos dejar piedra sobre piedra para mantener el empleo", ha señalado. Sin embargo, la patronal, que recientemente ha rechazado la reducción de la jornada laboral, tendría que abrirse a ello.
Cabe recordar que Volkswagen introdujo una semana laboral de cuatro días en 1994 en respuesta a una crisis de ventas y evitó así despidos masivos.
Al mismo tiempo, el director de distrito del IG Metall, Thorsten Gröger, ha defendido la reivindicación salarial de un aumento del 7% para los trabajadores de la compañía. "Los empleados no son la causa de los problemas a los que se enfrenta ahora la empresa".
Volkswagen comunicaba este lunes a los sindicatos su intención de cerrar al menos "una planta de vehículos y una de componentes en Alemania" (estos eventuales cierres seguirían a los anunciados en su planta de Bélgica) con el objetivo de reducir costes y recuperar la rentabilidad en su marca principal (que continúa significativamente por debajo de la media de su segmento, 3,6% frente al 6%).
No obstante, los analistas ven complicado que la empresa pueda llevar adelante sus planes debido a la oposición de los sindicatos y del estado de Baja Sajonia.
Así, para los expertos de Banco Sabadell "serían necesarias medidas contundentes para que la rentabilidad de la compañía se acerque a la media del sector, una vez que el impulso comercial, especialmente de los nuevos productos eléctricos, carece del dinamismo anticipado".
Por su parte, desde Bankinter consideran que "la medida será difícil de implementar finalmente", pese a que "serían buenas noticias", ya que "bajar la base de costes es fundamental para lograr mejorar los márgenes operativos".