- Los padres tienen que reflejar que son humanos y que también se equivocan
- El éxito no se saborea del todo si no se ha fracasado antes
El futuro de un niño está en las manos de sus padres. Los progenitores son quienes tienen la obligación de conseguir hacer del menor una persona hábil que sepa imponerse en un entorno hostil y quienes tienen que formarle para saber tratar con las personas que se encontrará durante su carrera profesional.
El portal Lifestyle se ha hecho eco de una publicación de Entrepreneur.com en el que se analizan los ocho aspectos fundamentales a tener en cuenta a la hora de que un hijo llegue a convertirse en una referencia, ya sea en el mundo de los negocios o en cualquier otro ámbito.
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1. Inteligencia emocional:
La inteligencia emocional es un factor clave en la carrera al éxito. Consiste en la obtención de resultados positivos a través de canalizar y dirigir el comportamiento. Este aspecto se aprende de los padres.
2- Evitar obsesiones con el éxito:
Hay que dejar de lado la búsqueda del éxito individual para enseñar a los pequeños que rodearse de personas preparadas es fundamental a la hora de alcanzar el éxito.
3- No pasarse con las alabanzas:
Los menores tienen que aprender a desarrollar ellos mismos una buena confianza. Los reconocimientos están bien, pero el autoestima no depende de acumular una gran cantidad de cumplidos.
4- Permitir que experimente éxitos y fracasos:
No hay mejor manera de saborear el éxito que habiendo sufrido el fracaso. Un niño que no se ha tropezado y vuelto a levantar no sabe valorar los éxitos alcanzados.
5- Hay que saber decir que 'no':
Los pequeños tienen que saber que no pueden tener todo con lo que se encaprichen. Tienen que aprender a esforzarse para conseguir lo que pretenden. Como en el caso anterior, lo logrado no se disfruta plenamente si antes no se ha fracasado en algún momento.
6- Dejar que sean ellos quienes resuelvan sus problemas:
Los padres que están todo el día encima de sus hijos para sacarles de los charcos en los que se van metiendo acaban consiguiendo que el menor no sea autosuficiente.
7- Enseñarle a que haga lo que dice:
La transparencia y la honestidad son fundamentales en el ascenso al éxito. Los niños tienen que empaparse en casa de estos valores para, en un futuro, hacer gala de lo que dicen.
8- Demostrar que se es humano:
Los padres tienen que sacar a la luz sus errores para que los pequeños entiendan que equivocarse es humano. La idea de un padre que no se confunde nunca acaba generando en los niños una sensación de culpa constante.
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