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Nyesa ha propuesto a los acreedores con privilegio una quita del 70% y el cobro de sus créditos en dos pagos a partir del tercer año de la firma de acuerdo, asegurando al resto de acreedores ordinarios y subordinados el cobro completo de los créditos otorgados, siempre antes de que se cumplan diez años del acuerdo.
El consejo de administración de la compañía promotora ya ha presentado ante el Juzgado de lo Mercantil de Zaragoza esta propuesta de modificación del convenio de acreedores, con el que hace dos años logró superar su concurso, según informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
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Nyesa imitará la 'operación acordeón' de Deoleo para evitar su liquidaciónEn concreto, los acreedores con privilegio tendrán que aceptar una quita del 70%, aunque cobrarán el resto de sus créditos en dos pagos iguales durante los meses 36 y 48 a partir de la fecha en la que la sentencia que aprueba esta modificación sea firme.
Por su parte, a los acreedores ordinarios les ha propuesto el cobro de la totalidad de sus créditos, es decir, sin quita, a razón del 10% en los meses 60 y 72 desde el fallo de la sentencia; del 15% en los meses 84 y 96; y del 25% en los meses 108 y 120.
Respecto a los acreedores subordinados, la propuesta plantea la totalidad del cobro de sus créditos, también sin quita, aunque recibirán el pago en el mes 120, es decir, diez años después del acuerdo, y de una sola vez.
'PLAN B'
Como alternativa a esta propuesta de pagos, la sociedad también ha detallado un 'plan b' en el que ofrece a todos los acreedores la capitalización, total o parcial, de sus créditos. Adicionalmente, Nyesa contempla la ejecución de una ampliación de capital, bien mediante aportación no dineraria de un importante lote de activos inmobiliarios o mediante capitalización de créditos 'contra la masa'.
La compañía ya anunció el pasado mes de junio que plantearía esta modificación del convenio, toda vez que al cierre de 2019 su patrimonio neto era de un importe negativo de 10,1 millones de euros, adelantando así el riesgo de disolución.
El origen de este desequilibrio está en la dotación de 45,6 millones de euros que, por un "criterio de prudencia", ha realizado en sus cuentas de 2019 ante la necesidad de financiación que presenta un proyecto que desarrolla en Moscú.
A su vez, esta necesidad de financiación deriva de los retrasos que viene acumulando el proyecto y de un cambio normativo aprobado en Rusia que ya no permite utilizar los adelantos que pagan los compradores de las viviendas para financiar su construcción.