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Novo Banco se deshace de sus activos tóxicos. La sucursal española de la entidad ha cerrado la venta de una cartera de préstamos dudosos (conocidos como non performing loans o NPL) con un valor nominal superior a 200 millones por un precio de unos 47,5 millones de euros, según informan a Bolsamanía fuentes del mercado. El comprador ha sido la gestora estadounidense Waterfall.

La entidad portuguesa ha decidido hacer limpieza en su balance en España y en los últimos meses ha realizado dos operaciones de desinversión, que le han permitido reducir en casi 400 millones su cartera de activos tóxicos. Gracias a ellas, ha conseguido rebajar sus morosos desde el 24% al 7%.

En la última operación cerrada, Novo Banco ha logrado un precio de unos 47,5 millones de euros, un importe muy alejado del valor nominal de los activos que componen la cartera, que es superior a 200 millones de euros, de acuerdo con las mismas fuentes.

Un precio que en el sector se considera como muy positivo, habida cuenta de los fuertes descuentos que obtiene el resto de las entidades españolas cuando decide poner a la venta sus activos tóxicos.

Anteriormente, la firma decidió vender una cartera de activos inmobiliarios con un valor nominal de unos 487 millones de euros, que recayó en el fondo Cerberus, propietario de varias carteras puestas a la venta en los últimos meses por los bancos españoles, como BBVA o Sabadell.

Estas transacciones forman parte de la estrategia de diversificación de los activos non-core o no estratégicos (fuera de su negocio principal) de la entidad, que se centra ahora en desarrollar su actividad bancaria tras la venta de su gestora.

LA OPCIÓN PREFERIDA DE LA BANCA

Novo Banco es partícipe así de la tendencia de los bancos españoles en cuanto a sus carteras, que han pasado los últimos años intentando deshacerse de las ingentes cantidades de activos dudosos que mantienen en balance, heredados en su mayoría de la burbuja del crédito que pinchó y derivó en la mayor crisis financiera del país.

La opción elegida por la mayoría de las entidades es, dependiendo del tipo de activo, deshacerse de sus activos tóxicos vendiéndolos a empresas especializadas en recobro o grandes fondos de inversión, generalmente en forma de nuevos vehículos participados en parte por las propias entidades.

Esta alternativa les permite deshacerse de activos tóxico a precio de derribo, lo que despierta el interés de los fondos. Sin embargo, esta medida no implica alejar el riesgo de estos activos, porque los bancos terminan compartiéndolo con estos fondos.

En el caso de Novo Banco, sin embargo, el banco ha optado simplemente por vender esta cartera a una gestora internacional, lo que ha redundado en la reducción de sus morosos hasta el 7%, en línea con las grandes entidades. La firma, que hace unos meses decidió vender su gestora a Trea Asset Management, se encuentra inmersa en la negociación de su ERE, que afectará a unas 50 personas, y el cierre de siete oficinas en España.

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