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Bankia Debuta En BolsaEUROPA PRESS - Archivo

José Manuel Fernández Norniella, exconsejero de Caja Madrid y BFA-Bankia, no cree que haya ningún problema en que las cuentas de la entidad correspondientes a 2011 se publicaran sin que el auditor externo, Deloitte, las firmara. "Es una decisión de la presidencia [ostentada entonces por Rodrigo Rato], pero forzada para cumplir la ley", ha manifestado Fernández Norniella durante la segunda sesión de su declaración ante el tribunal de la causa penal que investiga la salida a bolsa de Bankia.

El hombre de confianza de Rodrigo Rato ha explicado al fiscal Alejandro Luzón, que sustituye por unos días a la encargada del caso Bankia, Carmen Launa, que no recuerda exactamente cómo fue transmitida al consejo de administración la información de que las cuentas correspondientes al ejercicio 2011 se presentarían sin la firma del auditor. No obstante, sí se acuerda de que en la reunión del consejo en la que se les explicó la formulación de las cuentas, Sergio Durá, entonces interventor de Bankia, y Ángel Acebes, que en el encuentro representaba al comité de auditoría, les transmitieron la "seguridad" de que "no había ningún problema".

Defiende la tesis de Rato, según la cual las cuentas se presentaron sin auditoría para cumplir el plazo legal

Ante esta respuesta, Luzón le ha cuestionado si es normal que los resultados de un banco se presenten a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sin auditar, a lo que Fernández Norniella ha respondido que "habitualmente no es normal, salvo que se diga que no va a haber ningún problema para conseguirlo".

El exconsejero de Bankia sustenta su versión, compartida con Rato, en el hecho de que si el auditor externo tiene algún problema con las cuentas de la entidad debe explicarlo "por escrito". "No me genera más inquietud porque las personas responsables están diciendo que había una reunión con el auditor y que el auditor no había puesto problemas insalvables a las cuentas", ha recordado.

En todo caso, ha rechazado que la publicación de las cuentas sin auditoría fuera una maniobra de chantaje para obligar a Deloitte a dar su visto bueno, dado que los resultados eran ya conocidos por el mercado. "No creo que nadie fuese capaz de pensar que, al haberlas publicado, íbamos a obligar a Deloitte a hacer la auditoría", ha explicado, para añadir que las cuentas "se formularon y se hicieron en base a que era seguro que eran ciertas y que Deloitte estaba esperando el real decreto [el conocido como Guindos II]".

En la sesión de este martes, Fernández Norniella ha vuelto a defender que no conocía más información que la que se transmitía al consejo de administración, ni sobre esta cuestión ni sobre otras. Por ejemplo, sobre el folleto de la salida a bolsa de Bankia que, en su opinión, estaba "controlado por el regulador".

La única apreciación que ha hecho Fernández Norniella en este sentido es que se puso "contento" cuando supo que la CNMV había requerido a Bankia que incluyera en el folleto información adicional. "Me considero humildemente incapaz de corregir algo que la CNMV consideró suficiente", ha dicho.

Tampoco sabía nada el exconsejero de la entidad sobre Banco de Valencia, una de las participadas de Bankia, pues todo lo que ocurría con esta compañía era a "extramuros" de Bankia y BFA.

"Creo que se nos informó en algún momento de que se estaba deteriorando la situación de Banco de Valencia y que la posición [de BFA] era de no hacer una ampliación de capital, pero nada más. Banco de Valencia era algo que estaba ajeno" al funcionamiento de la entidad, ha señalado, aunque ha reconocido que lo que ocurría con la participada era un tema "importante y trascendental".

PROVISIONES DESAPARECIDAS

En septiembre de 2011, Fernández Norniella fue puesto al frente de la presidencia de Bancaja Habitat, un tema sobre el que tanto el fiscal como la Abogada del Estado le han cuestionado. Un mes después, el consejo de administración de Bankia decidió aglutinar su negocio inmobiliario.

En una presentación sobre esta futura operación realizada en Power Point y fechada en noviembre de 2011, se reflejaba que la entidad tendría unas necesidades de provisiones de más de 1.400 millones de euros por el riesgo inmobiliario, al tiempo que se indicaba que la entidad estaba negociando con el Banco de España, "con buenas perspectivas", la posibilidad de dilatar en el tiempo el reconocimiento de esas provisiones y la gestión de los deterioros. El acusado ha intentado esquivar las múltiples preguntas sobre este tema formuladas por Luzón, que no ha llegado a comprender cómo podían casar ambas ideas recogidas en el Power Point. "Esto de negociar con Banco de España parece implicar no reconocer en las cuentas este deterioro", ha valorado el fiscal.

Fernández Norniella, por su parte, se ha limitado a señalar que el cálculo de esas provisiones era a futuro y que una cifra similar ("Las provisiones no son rígidas", ha justificado) se terminó incluyendo en las cuentas de 2011, algo que Luzón ha rebatido en varias ocasiones al señalar que solo aparecen en la reformulación de los estados financieros de ese ejercicio, realizada ya bajo el mandato de José Ignacio Goirigolzarri. "Las provisiones eran lo de menos", ha apuntado el exconsejero de la entidad.

LA SITUACIÓN DE LA ENTIDAD ERA "UNA INCÓGNITA"

El desconocimiento de Fernández Norniella sobre el banco, a pesar de ser miembro del consejo de administración, era tal que ni siquiera estaba al tanto de la situación real de Bankia los meses antes de su dimisión. "Lo que estaba pasando para mí era una incógnita. Por un lado se veía una cotización que funcionaba y, por otro lado, parecía que estábamos en el caos", ha señalado. De hecho, ante una pregunta directa de la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, el exconsejero ha insistido en su tesis: "No conocía nada".

Todo a pesar de que, según su versión, hasta el 13 de abril de 2012 el Banco de España "estaba diciendo que todo esto es viable". "¿Cómo puede ser que en un mes pase de ser viable a no ser viable?", se ha cuestionado Fernández Norniella, en referencia a una "elipse complicada" en la que es "incapaz" de entender la mentalidad del Banco de España. Toda una "incógnita" para Fernández Norniella, según quien el "hito importante" a partir del cual "Bankia hace crac" llega con la publicación de un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI). "Lo dicen los peritos", según el exconsejero.

En este punto, el fiscal jefe Anticorrupción ha ironizado al comentar a Fernández Norniella que, teniendo en cuenta esa versión, "hasta entonces todo iba bien". El exconsejero de la entidad se ha limitado a negar esta premisa.

SERÍA "UN IMPRESENTABLE" SI NEGARA A RATO

Durante el interrogatorio, en varios momentos se ha hecho referencia a la relación personal que unía a Rodrigo Rato con Fernández Norniella. El exconsejero no se ha molestado en suavizar su relación sino que, al contrario, ha apuntado que sería "un impresentable" si negara que es una persona "próxima" al expresidente de Bankia. Más tarde, ante las preguntas de la representación del Estado, Fernández Norniella ha incidido en esta idea: "Sería un criminal si dijese que el señor Rato y yo no tenemos muchos años de relación. Respeto al señor Rato".

Era tal su proximidad que Fernández Norniella presentó su dimisión del consejo de administración en el momento en que lo hizo Rato. "El día que Rato iba a dimitir, tuvo la deferencia de llamarme y decirme: 'Voy a dimitir'. Yo le dije: 'Yo también'", ha relatado el exdirectivo, que no preguntó a Rato las razones que le llevaron a tomar esa decisión hasta días después.

"El día que Rato iba a dimitir, tuvo la deferencia de llamarme y decirme: 'Voy a dimitir'. Yo le dije: 'Yo también'"

El expresidente de Bankia ha afirmado en varias ocasiones que fueron el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los que le forzaron a salir del banco después de que lo propusiera el presidente de BBVA, Francisco González en una reunión en la que estaban presentes De Guindos, Emilio Botín (Santander), Isidro Fainé (La Caixa) y ellos mismos.

De acuerdo con la versión de Fernández Norniella, dimitió al considerar que, una vez que Rato estaba fuera, no tenía sentido su presencia allí, dado que la salida del expresidente implicaba la llegada de un nuevo equipo. "Habrá otros gestores que querrán tener gente de su confianza para sacar el proyecto adelante", dice que pensó en aquel momento.

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