El banco estadounidense de inversión Morgan Stanley ha elevado hasta el 5,903% su participación en Applus+, frente al 5,799% que controlaba antes de esta última operación, al tiempo que el fondo Millennium Group Management ha aflorado un 1,048% en la empresa, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
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De este modo, la entidad financiera estadounidense, que ha elevado su posición en Applus+ por segunda vez esta semana, posee ahora un 0,273% de los derechos de voto atribuidos a sus acciones, frente al 0,028% que tenía con anterioridad, a lo que se suma el 5,63% a través de instrumentos financieros (5,771% antes de la operación).
En ese sentido, Morgan Stanley llegó a tener una posición en Applus+ del 9,3% a comienzos de diciembre de 2022, mientras que su mayor participación tuvo lugar a finales de mayo de 2014, con un 13,07%.
Por su parte, el fondo Millennium Group Management ha aflorado una participación en Applus+ del 1,048% a través de instrumentos financieros. No obstante, su mayor participación en la empresa tuvo lugar en noviembre de 2018, cuando alcanzó una posición del 1,581%.
Applus+ registró un beneficio operativo de 25,9 millones de euros en el primer trimestre del ejercicio, una cifra similar a la del mismo periodo de 2022, cuando sus ganancias fueron de 25,8 millones de euros.
En tanto, el resultado operativo ajustado de Applus+ entre enero y marzo alcanzó los 47,9 millones de euros, un 12% más que el reportado en el mismo periodo del ejercicio anterior (42,7 millones de euros) y un 6,7% por encima del resultado operativo ajustado proforma (44,9 millones de euros).
Así, el margen del resultado operativo ajustado alcanzó el 10% en el primer trimestre del año, lo que representa una mejora de 80 puntos básicos sobre el reportado en el primer trimestre de 2022.
La compañía de certificación está en el punto de mira de varios fondos de inversión y, de hecho, el próximo 8 de junio celebrará su junta general ordinaria de accionistas, un encuentro que se producirá tras haber recibido "muestras de interés, no vinculantes y no solicitadas" por parte de algunos inversores para la adquisición de la compañía.
