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Los minoritarios de DIA se oponen a que LetterOne, el fondo del magnate ruso Mijaíl Fridman, se haga con el control de la compañía. Creen que está “haciéndose gratis” con una empresa que “vale mucho dinero”, pero coinciden en algo: su actual Consejo de Administración, liderado por Borja de la Cierva, no está haciendo bien su trabajo.
La Asociación de Accionistas Defensores de DIA (AADD) es tajante en este asunto. “El Consejo no lo está haciendo bien, quiere asustar al pequeño accionista y sólo busca contentar a la banca”, afirman a este medio fuentes de la Asociación. Bajo su punto de vista, las decisiones que han adoptado “han facilitado el camino a Fridman”.
La Asociación, que nació a principios de este mes con el objetivo de frenar los planes de Fridman e impulsar su propio plan para reflotar DIA, representa ya a alrededor de un 6% de los pequeños accionistas. Hace unos días sumaron a sus filas a Miguel Durán, expresidente de la ONCE, y siguen recabando apoyos con un objetivo: lograr formular una contraopa que impida que DIA caiga “en manos del multimillonario ruso”.
Para lograrlo trabajan a contrarreloj para encontrar encontrar a un ‘caballero blanco’ que se alinee con su causa: defender la 'españolidad' de DIA y lograr que la compañía recupere su rumbo para evitar despidos y que su acción recupere valor. Quieren lograr que uno o varios empresarios entren en el capital de DIA y posicionar a una figura reconocible y confiable para los bancos a la cabeza. Saben que cumplir su propósito es complicado: para presentar una contraoferta es necesario llevar a la CNMV un aval, algo que no está siendo sencillo, reconocen las mismas fuentes. Aun así, no pierden la esperanza y buscarán que la junta de accionistas respalde su intención de “mandar a casa” al Consejo actual de DIA.
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EMPRESA DE GRAN VALOR
La AADD subraya la necesidad de transmitir al mercado tranquilidad: “DIA es una gran empresa y la manera de recuperarla no es destruir el valor creado”. Con esto se refieren al plan de despidos trazado por el Consejo “para contentar a la banca”.
Según lo trasladado a los sindicatos, el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) afectará a 2.064 trabajadores de los 26.000 que tienen en España y cerrarán 2019 con 287 tiendas y tres almacenes logísticos (Valencia, Asturias y Barcelona). Los cierres no incluyen las 35 tiendas ‘Max Descuento’ y las casi 1.300 de Clarel en España y Portugal que están a la venta y marcadas como operaciones discontinuadas.
La Asociación AADD defiende que DIA es una compañía de gran valor y que, por eso, “no se puede permitir” que Fridman “se haga con ella como una ganga”. El propio Stephan DuCharme, socio director de L1 Retail y mano derecha del magnate ruso, subrayaba hace unos días lo que los minoristas tienen claro: que la cadena de supermercados “tiene opciones para salir adelante”, pero que los planes del consejo -con cierres de tiendas y despidos-, no son el camino.
“DIA necesita urgentemente un cambio de liderazgo para conseguir una transformación profunda”, afirma DuCharme, expresidente de DIA hasta que renunció en diciembre para preparar el plan alternativo de LetterOne para reflotar la compañía. Esta hoja de ruta a cinco años implica la contratación de nuevos líderes, exigiendo el cambio de consejero delegado en un plazo de un año, además de una nueva estrategia inmobiliaria y una nueva propuesta de valor comercial con el objetivo de colocar a DIA entre los líderes del mercado.
La oferta de LetterOne para hacerse con DIA, a 0,67 euros por acción, valora la compañía en 417 millones y está condicionada a que la acepte al menos un 35% de los accionistas -la mitad del 70% al que va dirigida-, a lograr un acuerdo con la banca acreedora y a que DIA no ejecute una ampliación de capital antes de que concluya. Si tiene éxito en la opa, realizará una ampliación de capital por 500 millones de euros para revertir la causa de disolución en que se encuentra la cadena de supermercados y poner en marcha su plan estratégico.
