Las minoristas del sector textil europeo han vivido un 'viernes negro' en bolsa arrastradas por las fuertes pérdidas que ha registrado Adidas, tras anticipar unas débiles previsiones de resultados para 2023 y después de que varios analistas hayan recortado su valoración.
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En el MDAX, el índice alemán que aglutina a las empresas medianas, Puma, su principal competidor, ha retrocedido un 4,59%, hasta 60,74 euros.
En el caso de Zalando, la caída ha sido del 7,07%, hasta 39,67 euros. La empresa de moda por internet también ha hecho frente a las dudas mostradas por JP Morgan respecto al incremento de clientes.
Asos, por su parte, se ha dejado un 5,63% en la bolsa británica, hasta 854,06 libras esterlinas. La firma anunció el pasado mes de enero que, en los últimos cuatro meses de 2022, sus ingresos habían caído un 3%. En cuanto a las perspectivas, las previsiones para el año se mantienen sin cambios, con la compañía esperando pérdidas en el primer semestre del ejercicio fiscal de 2023.
H&M tampoco se ha librado del 'efecto Adidas' y sus acciones han bajado un 3,50% en la bolsa de Suecia, hasta 129,52 coronas suecas. La compañía, que presentó sus resultados a finales de enero, decepcionó al mercado al conseguir un beneficio operativo entre septiembre y noviembre de 821 millones de coronas, frente a los 6.260 millones de coronas que cosechó H&M en el mismo periodo del año anterior.
Inditex ha liderado las caídas en el Ibex 35 al dejarse un 4,58%, hasta los 27,70 euros. La empresa, no solo se ha visto arrastrada este viernes por las pérdidas de sus competidores europeos, sino que su acuerdo con los sindicatos de un salario mínimo de 18.000 euros para sus empleados en España le ha pasado factura.
La compañía aún no ha cuantificado la repercusión que la medida tendrá en sus cuentas, pero los expertos la han cifrado en 167 millones de euros. Una "noticia negativa" para los analistas de Bankinter que, no obstante, consideran que Inditex "puede compensar con otros ahorros de costes y economías de escala".
El sector textil europeo atraviesa un momento delicado. La alta inflación ha llevado a los consumidores a reducir el ticket medio de compra, a lo que hay que sumarle el encarecimiento de los precios de la energía, del transporte, los costes de las cadenas de suministro y las dificultades macroeconómicas que están provocando una disminución de sus beneficios.