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Sede de Microsoft en Tempe (Arizona)Tony Webster (Flickr)
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Microsoft estaría en conversaciones para invertir unos 10.000 millones de dólares en OpenAI, la compañía creadora del bot de inteligencia artificial ChatGPT, el cual se volvió viral a finales del año pasado.

Según fuentes citadas por ‘Bloomberg’, ambas compañías llevan meses negociando esta asociación y el gigante de Redmond estaría estudiando que extender su aportación a lo largo de los próximos ejercicios, aunque los términos finales del acuerdo podrían cambiar. La inversión, señalan, podría implicar a otros fondos de capital riesgo y situaría la valoración de mercado de OpenAI cerca de los 30.000 millones de dólares.

De confirmarse, no sería la primera vez que Microsoft invierte en la compañía fundada por Elon Musk y Sam Altman, ya que en 2019 aportó 1.000 millones de dólares en OpenAI.

Aunque todavía está lejos de ser perfecta, ChatGPT reunió a un millón de usuarios en su primera semana de vida y ha encendido todas las alarmas en Alphabet, matriz de Google. ‘The New York Times’ publicó que el CEO de la compañía, Sundar Pichai, habría ordenado a diferentes equipos que delimiten la potencial amenaza que supone esta herramienta para su motor de búsqueda. Algunos expertos aseguran que es la primera amenaza real para Google en las últimas dos décadas.

La intención de Microsoft es incluir a ChatGPT en su propio motor de búsqueda, Bing, a partir de marzo de este año. Así, la compañía fundada por Bill Gates intentaría disputarle el negocio de los buscadores de internet a Google, que ostenta un monopolio de facto en este campo.

Asimismo, el gigante de Redmond está desarrollando paralelamente Vall-E, un modelo de lenguaje para la síntesis de texto a voz (TTS) que es capaz de imitar cualquier voz con tan solo una grabación de tres segundos. El objetivo es que esta tecnología funcione con otros modelos de IA generativa como GPT-3 y ofrecernos resultados de voz una vez integrado este modelo.

Estas tecnologías han llegado al final de un año de grandes avances en IA en el que también ha destacado el modelo de generación de imágenes Dall-E de OpenAI, que acepta instrucciones escritas para sintetizar arte y otras imágenes y que ha dado lugar a un amplio debate sobre su uso, la autoría y sobre lo que es y no es arte, despertando alarmas sobre su uso prematuro.

Diversas instituciones educativas en EEUU han prohibido el uso de estas herramientas y el propio Altman ha asegurado que “no son lo suficientemente buenas” como para poder confiar en ellas. Cabe señalar que OpenAI ya está trabajando en un modelo GPT-4 sucesor para su procesamiento del lenguaje natural.

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