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El mercado ha castigado a CaixaBank (-5,27%; 5,39 euros) tras presentar su Plan Estratégico 2025-2027. Entre los principales factores negativos que están penalizando los inversores, destaca la previsión del banco de un margen de intereses plano en 11.000 millones de euros durante los próximos 3 años.
En contraste con ese margen de intereses plano, CaixaBank ha anticipado una subida de sus costes hasta 6.900 millones de euros en 2027, frente a los 6.100 millones previstos para 2024.
Tampoco ha convencido la falta de concreción sobre la cantidad total que prevé distribuir a los accionistas, algo que sí hizo en 2022, cuando anticipó el retorno de 9.000 millones de euros hasta 2024 (que finalmente se han elevado hasta 12.000 millones, por un escenario favorable de los tipos de interés). En este sentido, el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, ha evitado dar una cifra precisa en la presentación ante los medios de comunicación.
Los analistas de Bankinter, que aconsejan 'comprar' el valor, con un precio objetivo de 6,65 euros, afirman que "los objetivos del plan parecen razonables", con un "margen de intereses plano y foco en comisiones", con un coste del riesgo (CoR) bajo, menor del 0,3%, y un ratio de eficiencia en niveles del 40%.
En su opinión, "la estrategia es continuista, con unos objetivos que se basan en hipótesis razonables (tipos a la baja y actividad comercial al alza), con una ratio de capital holgada y una remuneración atractiva para los accionistas".
Según sus cálculos, el objetivo de repartir entre el 50% y el 60% del beneficio como dividendo en efectivo supone una rentabilidad por dividendo anual superior al 7,5% en 2025.
El mercado también está penalizando que el ratio promedio de rentabilidad RoTE previsto para los próximos 3 años será superior al 15%, una cifra destacada pero por debajo del 17% registrado en 2024.
En definitiva, CaixaBank no ha convencido a los inversores con unas previsiones que no anticipan crecimiento de los beneficios en los próximos años, lo que no justifica valoraciones más altas para un banco que recientemente ha marcado máximos históricos en bolsa.
POSIBLE IMPUESTO A LA BANCA
Sobre la cotización de CaixaBank también está pesando la incertidumbre regulatoria. Ahora mismo, está en el aire la aprobación de un nuevo impuesto a la banca en España que el Gobierno acordó este lunes con ERC, Bildu y BNG.
Los socialistas acordaron con estos tres socios "presentar un Real Decreto Ley para prorrogar un año más el impuesto a las energéticas", y que incluye también "aprobar el impuesto a la banca en su tramitación en el Pleno del Congreso del jueves, aumentando el tramo más alto en el impuesto, dirigiendo toda la recaudación a las Comunidades Autónomas y concertado con las haciendas forales de la Comunidad Autónomas Vasca y la Comunidad Foral de Navarra".
Sin embargo, pese al apoyo de estos tres socios, el Gobierno tendrá ahora que volver a negociar con el PNV y con Junts. El PNV se había mostrado también abierto a prorrogar el impuesto a las energéticas si se dirigía la recaudación a las haciendas forales, aunque Junts se había mostrado inflexible sobre extender el impuesto a las energéticas.
El Ejecutivo precisó posteriormente, tras anunciar el acuerdo con ERC, Bildu y BNG, que no piensa gravar a las empresas energéticas que realicen inversiones en la descarbonización; y que "que mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización".
Por tanto, habrá que ver si el Gobierno consigue la cuadratura del círculo y pone de acuerdo a todos sus socios. Aunque esta incertidumbre está pesando sobre la cotización de CaixaBank, que sería el banco más afectado por este nuevo impuesto a la banca, ya que concentra el grueso de su negocio en España, donde es líder por cuota de mercado, por delante de Santander y BBVA.