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Establecimiento de TelepizzaJesús Hellín - Europa Press

En las últimas semanas, las ventas de harina en España se han multiplicado por cuatro. Así lo explicó el ministro de Agricultura, Luis Planas, durante una comparecencia en Moncloa. El motivo, que los españoles nos hemos lanzado a cocinar pan y postres en pleno confinamiento por la epidemia de coronavirus. Hemos vuelto a la cocina, provocando, incluso, que estos alimentos falten en los lineales de los supermercados.

La cara opuesta son los pedidos a restaurantes. Siguen siendo de necesidad, especialmente para personas dependientes, pero estos se han recortado. “Hay que tener en cuenta que muchos de estos pedidos están vinculados a momentos de ocio, como a cenas con amigos, partidos de fútbol… y eso ha desaparecido con la cuarentena”, indican desde el sector.

Un impacto que ya se ha hecho notar en determinadas empresas. Por ejemplo, Telepizza, que esta semana ha anunciado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para cerca de 1.500 personas de una plantilla que supera las 18.000, según un portavoz de la empresa. Un recorte de plantilla que se aplica desde el 1 de abril, pactado con los representantes de los trabajadores y que se realiza con el objetivo de mantener la plantilla cuando la situación vuelva a la normalidad.

SE DISPARA LA COMPRA ONLINE

Si no se compra fuera, la alternativa es cocinar en casa. Sólo en la tercera semana de confinamiento, la compra de productos de alimentación se disparó un 17,6% en comparación con el mismo periodo de 2019. Una semana antes, el repunte había sido del 16,8%, según datos del Ministerio de Agricultura. Compramos más a pesar de que en esa última semana se ha ido menos al supermercado, según el titular del departamento.

Lo que se dispara a cotas no vistas hasta ahora es la compra online de alimentación. Según la consultora Nielsen, los supermercados han disparado su distribución a través del canal digital más de un 73%. Una cota que ha hecho tensar las costuras de las propias compañías, que han tenido que reforzar estos procesos, limitar el acceso al canal online, a través de ‘colas’ digitales, para no colapsar sus web. También, a reforzar su modelo de distribución.

Unos trabajadores, los del sector de la alimentación, que son fundamentales para mantener el suministro de productos básicos. Por ello, la patronal de la gran distribución, Anged, ha instado a que se puedan realizar lo antes posible los test del Covid-19 a sus trabajadores en este segmento.

Estas compras online tienen también su reflejo en aplicaciones como Glovo, que ha disparado en un 450% las compras a través de su app a supermercados. En su caso, los picos de demanda coincidieron con la declaración del estado de alarma, el 14 y el 28 de marzo. Y, de nuevo, asume que la repostería se ha convertido en clave. En estas semanas, sus usuarios han comprado 1.500 paquetes de harina y 4.000 de levadura. Quedan más semanas por delante para tratar de minimizar el impacto sanitario de la crisis del coronavirus y los hábitos de compra, en una situación más que compleja para la economía, pueden haber cambiado el modelo de consumo.

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