El mínimo histórico al que ha caído la actividad manufacturera en China en el mes de febrero, a causa de las restricciones de movilidad y los cierres de factorías que el Gobierno de Pekín ha impuesto a su población para evitar la propagación del coronavirus, tiene el potencial de lastrar sectores empresariales españoles como el automovilístico o el petroquímico. Las repercusiones en aquellas economía cuyas cadenas de suministros tienen una alta dependencia del gigante asiático y de otras zonas afectadas son la otra cara de la moneda de la crisis sanitaria global. Sin embargo, las principales textiles españolas, uno de los sectores más expuestos, han esquivado el desabastecimiento de sus tiendas gracias a la diversificación de sus proveedores.
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BBVA, Inditex e Iberdrola, apuestas españolas de RBC para sortear la volatilidad del virusLas principales marcas de moda, que en su conjunto aportan un 2,8% al PIB, según el último ‘Informe económico de la moda en España’, han monitorizado la situación desde el primer momento, elaborando planes de contingencia centrados en ponderar otros socios de países más cercanos en previsión de que les afectara la parálisis de las factorías chinas. En el caso de Mango, de las 1.208 fábricas y productores con los que cuenta en todo el mundo, 327 se ubican en el gigante asiático y actualmente sigue “monitorizando su actividad” por si fuera preciso reordenar sus recursos, explican a 'Bolsamanía'. Además, la empresa de Isak Andic ha valorado el transporte aéreo de mercancías para agilizar su llegada.
La también catalana Desigual reconocía a mediados de febrero su alta dependencia del país asiático, donde fabrica la mitad de sus referencias, y al igual que Mango las alternativas pasaban por trasladar producción a Marruecos, Turquía y España. El presidente de la firma, Thomas Meyer, explicó que variar los transportes de mercancías, que tradicionalmente se hacen en barco, entraban en sus cálculos, no sin subrayar el impacto económico que esta logística extra tendría en su cuenta de resultados.
La mayoría de estas firmas ya han entregado su colección primavera-verano, por lo que las afectaciones se notarían de cara al próximo invierno. Aún así, en casos como Adolfo Domínguez, el impacto es mínimo: de las aproximadamente 1.500 nuevas referencias que la firma gallega lanzará en unos meses, "en una veintena se ha decidido cambiar de proveedor”, explica un portavoz de la compañía. La firma dirigida por Antonio Puente ha aplicado los mismos protocolos que sus homólogas y se mantiene vigilante y a punto para cambiar la fuente de la pieza que se estime no poderse producir “en tiempo y forma”. Y explica con alivio que en la colección que ahora entra en tiendas no se han tenido que variar los procesos habituales, ya que sus fábricas en China reanudaron la actividad hace 10 días y los proveedores no se vieron afectados.
En cuanto al gigante textil Inditex, que presenta sus resultados de 2019 el 18 de marzo, la amplia diversificación de sus cadenas de producción es capaz por sí misma de mitigar cualquier efecto negativo. A pesar del peso que tiene China en los productos de compañía fundada por Amancio Ortega, con 1.800 plantas, el 50% de sus referencias se fabrican en países de proximidad como Marruecos, Portugal o Turquía. La empresa rechaza hacer comentarios sobre si la crisis sanitaria ha afectado a su estocaje.
Precisamente, según los analistas de RBC, ese alcance global "debería ser una ventaja relativa en el tiempo" y no un inconveniente como defiende, por ejemplo, Credit Suisse, que sigue augurando caídas para la acción de la matriz de Zara por su alta exposición al brote. Los expertos del banco canadiense defienden su apuesta por Inditex porque es un "minorista defensivo" con un "alto grado de proximidad en el abastecimiento" que le permite una "rápida rotación del producto". La compañía que preside Pablo Isla tiene un "fuerte balance" y un "historial probado de ganancias de cuota de mercado en tiempos difíciles" como el actual.
OTRAS MARCAS
Las marcas más pequeñas o las llamadas 'fast fashion', que lanzan colecciones y modelos nuevos cada pocas semanas, como la sueca H&M o la irlandesa Primark, tienen más potencial de verse afectadas. En el caso de las firmas menores, cuentan con menos recursos para diversificar la fabricación y esto puede implicar “la búsqueda y homologación de nuevos proveedores, encontrar modos de transporte alternativos, determinar qué referencias están disponibles y vender productos construidos a partir de esas referencias”, según el informe 'El desafío actual de la cadena de suministro' elaborado por BDO.
En el caso concreto de H&M, analistas de firmas como Credit Suisse avisan del riesgo de que haya escasez en sus tiendas si “los productores de China no han recuperado plena capacidad en el mes de abril”. En este sentido alertan desde el banco suizo de “riesgos globales” por los suministros de las regiones asiáticas.
La industria textil tuvo un 54% de participación de la producción mundial en China en 2018, la de productos de alta tecnología un 46% y la de artículos para el hogar un 35%. "Concretamente en España, el 9% de las importaciones que se realizan llegan desde China (26.908 millones de euros en 2018), según datos del ICEX.