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El conglomerado danés A.P. Moller-Maersk, dueño de Maersk Line, el principal operador mundial de transporte marítimo de mercancías, ha regisrtrado pérdidas de 659 millones de dólares (589 millones de euros) en el primer trimestre del año, frente al beneficio neto atribuible de 2.656 millones de dólares (2.373 millones de euros) del mismo periodo de 2018, ha informado la compañía, que ha advertido del impacto de las tensiones comerciales y las subidas de los aranceles en el tráfico marítimo de contenedores.
"Todavía nos enfrentamos a considerables incertidumbres por la mayor debilidad de las cifras macroeconómicas y los riesgos derivados de las tensiones comerciales", ha apuntado Soren Skou, consejero delegado de la compañía danesa, señalando que en el primer trimestre se ha observado una caída del volumen del comercio transpacífico entre Asia y Norteamérica, advirtiendo de que "los nuevos aranceles podrían reducir el crecimiento del volumen global de contenedores en hasta un punto porcentual".
Los ingresos de Moller-Maersk en los tres primeros meses del ejercicio han alcanzado los 9.540 millones de dólares (8.525 millones de euros), mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) creció un 32,7%, hasta 1.236 millones de dólares (1.105 millones de euros).
En concreto, la facturación de la división de transporte marítimo ha aumentado un 1,7%, hasta 6.929 millones de dólares (6.193 millones de euros), mientras que el negocio de logística ha ingresado un 0,5% menos, hasta 1.448 millones de dólares (1.294 millones de euros). Por su parte, la división de terminales ha facturado 991 millones de dólares (886 millones de euros), un 8,8% más, en el periodo
"Hemos realizado progresos en nuestra transformación, completando la separación de los negocios de energía (...) Esto dio como resultado un sólido retorno del capital invertido y sinergias", ha remarcado Skou, que ha aprobado el lanzamiento de un programa de recompra de acciones propias por un importe máximo de 10.000 millones de coronas danesas (1.339 millones de euros) que estará en vigor desde junio de 2019 y durante un periodo de 15 meses.
Asimismo, el consejo de la compañía ha fijado una nueva política de dividendos con una ratio anual de payout de entre el 30% y el 50% del beneficio neto subyacente. A medio plazo, la multinacional ha advertido de que la ratio anual de payout se situará en la parte media baja del rango.