La avalancha de fusiones que casas de análisis, expertos y agencias de rating se han apresurado a vaticinar, en cuanto se culmine la operación entre CaixaBank y Bankia, será fundamentalmente doméstica. El mercado no cree que las fusiones paneuropeas dominen la concentración bancaria que se espera, por los problemas legales y la ausencia de una Unidad Bancaria real en la eurozona.
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BBVA, el siguiente en ir de compras "cuando se cierre Caixa-Bankia", ya se fija en SabadellAdemás, “los bancos internacionales buscan pescar fuera de Europa y los de la eurozona no tienen alicientes para entrar en España”, explica Nuria Álvarez, analista de Renta 4. El principal problema, sin obviar la ausencia de un marco regulatorio que lo propicie, más allá de las presiones del Banco Central Europeo (BCE), “es la dificultad de alinear intereses de todo tipo”, prosigue la analista, tanto sea valoraciones, expectativas o recursos, como a los supervisores de cada país.
En general, “el tiempo y los recursos de gestión sustanciasos que se invierten en las fusiones y adquisiciones transfronterizas son cuanto menos, cuestionables”, señala Scope Ratings en una nota de análisis. “Podrían utilizarse de manera mucho más eficiente para una reenfoque digital acelerado y para la adaptación de la gobernanza o la responsabilidad social o medioambiental de las entidades”, evalúa
En definitiva, Álvarez resume que es un periplo que ninguna entidad está por la labor de iniciar, aunque no se atreve a descartar nada, ya que los intereses políticos son fundamentales en este tipo de operaciones. Otras fuentes interbancarias también apuntan a que un acuerdo entre Gobiernos puede precipitar que un banco europeo acabe por adquirir alguna entidad española, como Banco Sabadell, que ahora mismo está en el ojo del huracán de este tipo de operaciones.
Pero la realidad es que las fusiones transfronterizas entre bancos de la zona euro no facilitan que las entidades resultantes cumplan con las directrices que da el instituto emisor, ya que apenas generarían sinergias que mejoraran la rentabilidad y la eficiencia. Y la ausencia de duplicidades en las redes, por falta de solapamiento, impide ahorros de costes importantes de reestructuración de oficinas y de personal.
Con todo, el BCE anima estas fusiones porque las grandes instituciones bancarias paneuropeas “contribuirán a fortalecer a la Unión Europea”, aclara Scope Ratings. La creación del Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros, ha vuelto a alimentar los anhelos de las instituciones comunitarias, que esperan que a medida que los gobiernos del bloque se unen para ayudar a sus economías durante la pandemia, la transformación de los bancos en empresas transfronterizas mediante un proceso de fusiones y compras seguirá naturalmente”.
“Se han empezado a construir de nuevo escenarios sobre quién debe fusionarse con quien aumentar la eficiencia, desbloquear la rentabilidad y construir un dominio del mercado inexpugnable”, aseveran la agencia de calificación. “Pero la unidad en torno al fondo para pandemias de la UE no se trata de los bancos”, prosigue. “Al contrario, a diferencia de la crisis anterior, los fondos públicos se están poniendo directamente a disposición de la economía en lugar de financiar a las entidades financieras porque esta vez los bancos no necesitan rescate”.
La pandemia, lejos de ofrecer un escenario que fomente estos movimientos, ha generado más incertidumbre en torno a la evolución de la economía, además, “las uniones bancarias deben valorarse desde las economías domésticas, la responsabilidad social y la gobernanza, más que como una forma de transformar todo el sector en Europa”, señala Scope Ratings.
En esta línea, Fitch advierte de que las fusiones y adquisiciones podrían verse obstaculizadas por las dificultades para pronosticar la calidad de los activos de las entidades debido a la incertidumbre sobre la trayectoria futura de la crisis sanitaria y la rapidez de la recuperación económica, y sobre la eliminación de las medidas de apoyo a clientes por parte de los gobiernos.