- La mayoría de inversores institucionales ha disminuido la presión sobre el valor
- La aerolínea presenta resultados este viernes, que se verán afectados por la libra
- Es el segundo peor valor del Ibex 35 en el acumulado del año, sólo por detrás de Popular
El Brexit, a falta de que se materialice, está condenando las cuentas de IAG a una fuerte corrección. La decisión de los británicos fue un varapalo para el holding de aerolíneas. Sus accionistas han visto cómo el valor se desploma un 32% desde el referéndum del 23 de junio, y se convierte en el peor del Ibex 35 tras Banco Popular. Un retroceso que ha supuesto una vía de jugosos ingresos para los bajistas que se posicionaron a tiempo. Las acciones de IAG han subido un 6%, hasta 4,74 euros.
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El grupo surgió en 2011 de la fusión de dos gigantes europeos como la aerolínea británica British Airways y su competidora española Iberia. Además, del holding cuelgan Aer Lingus y Vueling. IAG buscó así diversificar su negocio. Pero el pasado año más de la mitad de los ingresos se generaron en Reino Unido. Es decir, las cuentas de la compañía están muy influidas por la evolución de la economía británica y de la libra.
De ahí la súbita respuesta de los inversores al resultado del referéndum. La acción se hundió un 40% en las dos siguientes sesiones a la consulta, fatídica para sus intereses. Y desde entonces se ha movido al son de las expectativas sobre el Brexit. Cuando parece que va a ser más duro, cae, y cuando se suavizan las previsiones, rebota. “El Brexit ha supuesto un antes y un después para la compañía. El desplome de la libra provoca que se encarezcan los gastos denominados en otras divisas como el combustible, que se negocia en dólares, las tasas aeroportuarias o los pedidos de flotas de aviones”, resume Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.
El Brexit ha supuesto un antes y un después para la compañía. El desplome de la libra provoca que se encarezcan los gastos denominados en otras divisas como el combustible
En cuanto a la demanda de sus vuelos, “si bien se podría beneficiar de un aumento en la llegada de turistas a Reino Unido, se verá perjudicado por el descenso de pasajeros británicos que deciden pasar sus vacaciones en destinos turísticos como España”, agrega este experto.
PREMIO PARA LOS CORTOS
IAG se confiesa ante los mercados este viernes. Un duro trago en la medida en que los analistas dan por hecho que habrá un importante deterioro en los resultados trimestrales. Un golpe por la caída de la libra, que se deja un 14% en cuatro meses, que podría estar ya asumido por el mercado. “Se prevé que los resultados del tercer trimestre se sigan viendo afectados por el deterioro de la libra esterlina, pero que la empresa continué con la tónica de reducir gastos y el crecimiento de sus beneficios. Desde la propia compañía se asegura que el dividendo está cubierto y se continuará con el crecimiento de la oferta”, arguye Álvaro Giménez-Cuenca, analista de XTB.
Los bajistas no han querido esperar a saber cómo serán las cifras trimestrales de la aerolínea y, en la mayoría de los casos, vienen reduciendo la presión en los últimos meses, recogiendo beneficios. El agregado de posiciones cortas alcanza el 3,47% del capital, según las estadísticas recopiladas por la Financial Conduct Authority (FCA), el regulador británico del mercado de valores. En este caso, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no recoge los datos de bajistas que toman acciones de IAG, al hacerlo su homólogo en Reino Unido.
A diferencia de la CNMV, que publica las posiciones que superan el 0,5% del capital, la FCA rebaja el umbral hasta el 0,2%. En el caso de IAG, hay siete inversores institucionales que sobrepasan este nivel. La apuesta más decidida es de AHL Partners, con un 0,6%. La firma del grupo Man es la única que ha incrementado la posición corta en octubre, desde el 0,51%.
Los otros seis nombres propios que aparecen en estos registros han aliviado la presión después del Brexit: el fondo BG Master la redujo desde el 0,58% hasta el 0,49% en julio; el grupo latinoamericano BTG Pactual disminuyó su posición corta del 0,54% al 0,49%; Clinton Group mermó su apuesta en julio del 0,5% al 0,49%; Marshall Wace, del 0,58% al 0,49% en septiembre; WorldQuant bajó la presión del 0,59% al 0,47% en agosto; y, por último, BNP Paribas mantiene la posición corta inalterada desde el 22 de junio. Dos días antes del referéndum la redujo desde el 0,8% hasta el 0,49%, perdiendo gran parte de las ganancias obtenidas con el desplome posterior por parte de los bajistas.
Al contrario, el inversor con más éxito jugando en corto ha sido Och-Ziff Management, hedge fund norteamericano que llegó a tener una posición superior al 2,6% en el primer semestre, y que ha ido bajando hasta eliminarla en los últimos meses. Un caso similar, aunque no de forma tan agresiva, al de la firma británica de inversión CQS, que tenía una posición del 1% antes del Brexit que ya ha desaparecido.
¿HA PASADO LO PEOR?
IAG volvió a tener una racha negativa en bolsa entre finales de septiembre y principios de octubre hasta cerrar el pasado día 10 de este mes en los 4,034 euros. Desde ese momento rebota en torno a un 10%, alargando la tónica de continuas subidas y bajadas desde los precios post-Brexit, sin capacidad para recuperar lo perdido en los dos sesiones posteriores al referéndum.
Los analistas están divididos acerca de este valor, tan castigado a lo largo de este ejercicio. “Creemos que sus fundamentales siguen siendo favorables a pesar del deterioro de la libra”, opina Giménez-Cuenca desde XTB. “IAG a medio y largo plazo tiene descontados escenarios muy adversos. Estimamos que el precio objetivo se puede situar en torno a los 6,17 euros por acción, lo que significa un potencial alcista superior al 50%”, añade.
López-Gálvez, por su parte, cree que “el sector ya vivió su gran momento el año pasado, en el que se dieron varios factores positivos como la caída del petróleo y el auge del turismo”. Para el analista de Self Bank el Brexit no es el único problema: “El negocio de las aerolíneas siempre fue complicado. Trabajan con márgenes muy estrechos y hay una competencia voraz, por lo que cualquier mínimo descuadre de cuentas puede ser la diferencia entre registrar beneficio o sufrir pérdidas”.
ANÁLISIS TÉCNICO: SIN FUERZA PARA EL DESPEGUE
Rebotes puntuales aparte, como en las últimas sesiones hasta el entorno de los 4,4 euros, el aspecto técnico de IAG sigue siendo el de un valor “bajista”, explica José María Rodríguez, analista de Bolsamanía. “En la medida en que no se perfore el soporte de los 4 euros no descartamos que, como mínimo, el precio se dirija hacia la zona de resistencia que presenta en el nivel de los 5,25-5,30 euros. Pero por el momento nada más, no hay figura de vuelta de ningún tipo y por lo tanto estamos hablando de un simple rebote”, añade el experto.
Por el contrario, “la perforación del soporte de los 4 euros, en cierres, sería una clarísima señal de venta con objetivo de caída, casi directo y como mínimo, en los 3,50 euros”, explica Rodríguez. “Por lo tanto y resumiendo, todo depende de que el precio cotice por encima o por debajo del soporte de los 4 euros”, concluye el analista técnico.