Duro Felguera está siguiendo los peligrosos pasos de otras empresas que estuvieron al borde de la quiebra antes que ella, como Abengoa o algunas inmobiliarias: anunciar la aparición de un inversor exótico (normalmente árabe, asiático o ruso) que va a salvar la compañía. Eso provoca un fuerte rebote de la cotización, que permite a los más avispados salirse a mejor precio, pero luego todo resulta ser humo y se consuma la tragedia. Los bancos acreedores se temen algo así en la empresa asturiana.
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Duro Felguera se disparó ayer el 11,3% hasta 0,336 euros tras anunciar un plan estratégico muy optimista y, sobre todo, las negociaciones con una constructora de Qatar llamada ACEC para que ponga los 125 millones que necesita para que las entidades acreedoras acepten la refinanciación de su deuda. Como en los casos anteriores, rápidamente los medios oficialistas dan cancha a la noticia y los sufridos accionistas minoritarios ven un rayo de esperanza.
En las ocasiones previas, nunca más volvió a saberse del inversor exótico y es lo que se temen los bancos que pueda repetirse esta vez. Una cosa que les escama especialmente es que el supuesto inversor qatarí no viene de la mano de Fidentiis, el banco de inversión encargado de buscar socios para salvar Duro Felguera, sino de la familia Álvarez Arrojo, principal accionista de la empresa.
También suele ser habitual que estos anuncios se completen con una nebulosa de acontecimientos confusos sin que nadie sepa a ciencia cierta qué es verdad y qué no. En el caso de Duro Felguera, hay un fondo mexicano llamado Petrozas que ha firmado una opción de compra precisamente del 24,3% de los Álvarez Arrojo, pero todavía no la ha ejecutado; en teoría el plazo finaliza hoy. Pero es que varios medios han publicado que este fondo ha denunciado a la empresa ante la CNMV por ocultar información relevante, así que la cosa no pinta muy bien.
NUEVO SOCIO O CONCURSO DE ACREEDORES
Todo este 'totum revolutum' se produce en vísperas de la firma del acuerdo de refinanciación, prevista para este jueves y supeditada por completo a que alguien ponga los 125 millones, y de la junta de accionistas del viernes que aprobará la ampliación de capital necesaria para ello. Es decir, justo cuando más necesario es vender optimismo entre accionistas y acreedores.
El problema es que estos últimos no 'tragan'. Tienen demasiadas malas experiencias para ello. "Más allá del ruido, nada ha cambiado: si aparece un inversor de verdad, qatarí o de donde sea, que pone los 125 millones, adelante. Si no aparece, no hay plan B y la empresa irá a concurso de acreedores", según fuentes del sindicato bancario.
BBVA tiene una exposición de 80 millones a la compañía de ingeniería. Con mayor riesgo que él aparecen Bankia con 85 millones, Sabadell con 115 y CaixaBank con 125. El principal acreedor es el Santander que, sumando al antiguo Popular, tiene 200 millones comprometidos. Cierra la lista Liberbank con 25 millones.