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Unicaja y LiberbankEUROPA PRESS

Las negociaciones entre Liberbank y Unicaja siguen su curso y el Banco Central Europeo (BCE) está analizando su proyecto de fusión. Si bien ambas entidades buscan alcanzar una integración sin tener que ampliar capital, el supervisor ve necesario que ejecuten un aumento, que los accionistas presentes en el accionariado de ambas entidades estarían dispuestos a aceptar siempre que no supere los 200 millones de euros y con la condición de que se acometa una fuerte reducción de plantilla.

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La autoridad que preside Mario Draghi se encuentra analizando el proyecto de fusión que ambas entidades le han presentado y que no contempla lanzar una ampliación de capital. Como contó Bolsamanía, la intención de Liberbank y Unicaja es evitar el trance de tener que pedir a sus accionistas más apoyo valiéndose de la introducción de modelos internos en su cálculo de capital, lo que les permitiría liberar 600 millones de euros.

Sin embargo, el BCE ve necesaria una ampliación de capital y así se lo ha transmitido a ambas entidades, según informan fuentes conocedoras de las negociaciones. Los fondos de inversión presentes en ambas entidades son los más reacios a aceptar una ampliación de capital, pues quieren rentabilizar su inversión y, en principio, no están por la labor de elevar sus posiciones o ver sus participaciones diluidas.

No obstante, hay una situación en la que, según las mismas fuentes, podrían dar su brazo a torcer. Si la ampliación de capital no supera los 200 millones de euros y viene acompañada de una “fuerte” reducción de plantilla, estos accionistas no verían problema en aceptar una ampliación de capital. Cuando se empezó a negociar la fusión se hablaba de que la futura entidad tendría que poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría a 2.500 empleados.

El BCE tomará una decisión definitiva sobre si es necesaria o no la ampliación de capital antes de final de mes, apuntan las mismas fuentes. También decidirá si aprueba el organigrama propuesto, según el cual el consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez, ocuparía la misma posición en la entidad fruto de la fusión, mientras que Manuel Azuaga, presidente de Unicaja, lo sería también del futuro banco.

El supervisor prefiere que las entidades estén dirigidas por un consejero delegado y un presidente ejecutivo, un esquema que ha intentado, sin éxito, imponer en BBVA. Su insistencia para que el nuevo presidente, Carlos Torres, fuera no ejecutivo acabó derivando en un reparto de poderes entre el presidente y Onur Genç, su sustituto como consejero delegado. Algo así podría ocurrir en el banco que resulte de la fusión entre Unicaja y Liberbank.

LA ECUACIÓN DE CANJE, EL PUNTO CLAVE

En todo caso, el punto caliente de las negociaciones se encuentra en la ecuación de canje. Ambas entidades pelean por quedarse la máxima porción posible del futuro banco y la ecuación estará entre 55%-45% y 60%-40%.

Las mismas fuentes explican que Liberbank no está dispuesto a aceptar menos de un 45% del futuro banco, si bien para Unicaja lo ideal sería quedarse con un 60%, cifra que proviene de un cálculo a partir de los datos disponibles de ambos. Los dos deben ponerse de acuerdo en las próximas semanas si quieren que la fusión llegue a buen puerto.

Por el momento, Unicaja y Liberbank se encuentran ultimando la due diligence en la que llevan trabajando más de un mes y que se encuentra en estado "muy avanzado", según apuntan fuentes financieras. Hasta entonces, no se sentarán a fijar la ecuación de canje.

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