• No obstante, hay un hartazgo por la sobreexposición mediática
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Dimas Gimeno ÁlvarezEL CORTE INGLÉS - Archivo

Día importante para El Corte Inglés. La gran compañía celebra su ‘ansiado’ consejo de administración. Según el orden del día, no habrá debate sobre la destitución del actual presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, aunque la tensión será palpable. Los trabajadores se muestran tranquilos por un rumo comercial “muy contundente”, a pesar de las peleas familiares.

“Lo importante de toda esta situación es que no entra el debate el rumbo comercial de El Corte Inglés”, asegura Antonio Pérez, secretario general de Fetico (sindicato de El Corte Inglés). Así, explica que Víctor del Pozo, consejero delegado de la compañía, es “muy contundente” con la ruta comercial que está llevando a cabo desde que llegó en octubre de 2017.

A pesar de que hay “tranquilidad” entre la plantilla, sí que se nota “hartazgo” por la sobreexposición mediática de El Corte Inglés en torno al Consejo de Administración. Y no es para menos. La familia está más dividida que nunca, las disputas por temas de reparto de herencia son peligrosas. Además, hay que tener en cuenta que El Corte Inglés es la empresa española con más empleados, unos 100.000. Por lo que esta guerra puede tener consecuencias más allá de una pelea entre primos.

“No va a haber un cambio en la hoja de ruta comercial, continúe Dimas o no, porque es algo que está así acordado”

Marta y Cristina Álvarez, hijas de Isidoro Álvarez quieren destituir a su primo Dimas Gimeno como presidente y ser Marta quien ocupe ese cargo. También quieren hacerse con su 7%, aunque es complicado, ya que los bancos no le permiten comprar con autocartera porque tendría que endeudarse más.

El primer golpe en la mesa de las hermanas Álvarez llegó con el nombramiento de Del Pozo como consejero delegado, ya que la figura del presidente pasaba a ser no ejecutiva. De esta manera, Dimas Gimeno, que posee el 7% de las acciones de El Corte Inglés, pasaba a ser el representante de la compañía sin potestad para ejecutar. Víctor del Pozo es uno de los hombres de confianza de Marta Álvarez.

Pero en las últimas semanas se ha recrudecido la situación, hasta tal punto, que las miradas en el consejo de este miércoles se centrarán en el ‘cara a cara’ que protagonizarán el presidente y sus primas. Hasta la fecha, Dimas Gimeno se muestra firme en su decisión de no abandonar su cargo y tampoco aceptará ninguna oferta económica que pudiera poner fin a la pugna que mantiene con sus primas, con demandas judiciales incluidas.

Sin embargo, Dimas Gimeno parece que ha conseguido que en el orden del día del consejo de administración no esté el debate de su destitución. Los consejeros del grupo se citarán para aprobar las cuentas económicas del ejercicio 2017, que se harán públicas a finales de agosto. Por lo menos este es el principal tema sobre el papel.

Aunque no se trate en esta reunión, fuentes conocedoras de la situación apuntan que desde el punto de vista de los integrantes del consejo como de la representación accionarial en la junta general, la posición de Gimeno está en minoría. Esta situación hace muy complicada su continuidad. Algunos consejeros han pedido celebrar un consejo extraordinario en el que tratar la destitución, que se celebrará la primera quincena de junio.

Aunque de acuerdo con la jurisprudencia se le podría cesar en el mismo consejo de mañana, la mayoría de los consejeros prefieren convocar uno extraordinario "para que no exista ninguna duda" sobre la voluntad de los consejeros, señalan las citadas fuentes de la empresa.

Las hijas de Isidoro Álvarez ostentan el 69% de Cartera de Valores IASA, el segundo mayor accionista de El Corte Inglés, con el 22,18%, por detrás de la Fundación Areces, con el 37,39% del capital y donde las hermanas también tienen un importante peso como patronas.

La participación de Marta y Cristina en IASA equivale al 15% del gigante de la distribución, mientras que el 31% de su primo Dimas Gimeno, su tío César Álvarez y su madre María Antonia Álvarez en la sociedad patrimonial representa el 7% de la compañía.

SIN PERCEPCIÓN DE MIEDO

A pesar de esta situación, Antonio Pérez, representante de los trabajadores, asegurado que “no hay ningún miedo” entre la plantilla. De hecho, añade que se percibe el miedo “si percibes un cambio a nivel comercial, pero ese no es el caso”. Por esto, insiste en que la plantilla no está metida en la guerra familiar “ni se decanta por unos ni por otros”.

Sin embargo, los trabajadores sí que quieren que se solucione el conflicto familiar, “la gente quiere la tranquilidad necesaria”. Por esto, apunta que el presidente será “bienvenido quien vote la mayoría del consejo”, pero lo que instan es que esa decisión sea pronto. El objetivo es seguir vendiendo y cobrando comisiones.

Los trabajadores sí que quieren que se solucione el conflicto familiar, “la gente quiere la tranquilidad necesaria”

Añade que los trabajadores están luchando por mejoras laborales: “Están viendo en 11 meses la subida salarial ha sido de 300 euros, que trabajan menos horas y que no tienen que trabajar todos los domingos”. Y asegura que la percepción de la tienda de El Corte Inglés socialmente “es mejor que nunca”. “No va a haber un cambio en la hoja de ruta comercial, continúe Dimas o no, porque es algo que está así acordado”, explica.

DESCARTAN VENTAS DE ACTIVOS

“El Corte Inglés es una empresa familiar y piensan en el largo plazo para recuperar rentabilidad”, asegura Antonio Pérez. De hecho, apunta a que no cree que haya venta de activos por parte del consejo. No obstante, parece que la única solución factible es que El Corte Inglés venda unos cuantos centros y las hermanas Álvarez puedan hacerse con el 7% de su primo.

Este 7% estaría cifrado en unos 700 millones de euros, según la valoración con la que entró el jeque qatarí Hammad bin Jazzim bin Jaber al Thani, que actualmente cuenta con el 10% de la compañía, pero que en agosto será del 14%.

Pérez insiste en que las ventas han repuntado, “aunque ahora llevamos unos meses flojos por el clima”. El representante de los trabajadores apunta que si no se cerró en los peores años de la crisis “cuando no entraba ni un cliente” no lo van a hacer ahora. Pero no descarta que algún centro se pueda reestructurar y convertir en alguna tienda del grupo.

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