- El 20% de las empresas encuestadas tiene planes de empleo, aunque según Inverco apenas 4 de cada 1.000
- El PP Renta 4 Empresas 1 es el más rentable en el último año con un 15,5%
Las empresas cada vez valoran en mayor medida los efectos positivos de tener un plan de pensiones para sus trabajadores. Otra cosa es que lo hagan, como se desprende de un estudio de KPMG sobre los planes de empleo.
La consultora ha elaborado en España una encuesta entre 296 empresas de distintos sectores y tamaños para evaluar el grado de penetración de los planes de empleo o la intención de introducirlos en el futuro. Esto es, los planes de pensiones de empresa, productos de ahorro a los que normalmente se destina un porcentaje del trabajador y una cuantía adicional desde la compañía.
El 22% de las empresas señala que tiene al menos un sistema de jubilación para sus empleados, mientras que un 9% ofrece más de un plan. La penetración más alta está en el sector financiero, donde gran parte de los bancos tienen incluidos planes de empleo en el convenio. En concreto, el 54% de las entidades de la muestra cuenta con un sistema de jubilación colectivo. Los porcentajes se van reduciendo en el resto de industrias: en energía tiene el 46% de las empresas, en química y farmacia, un 45%; en tecnología, un 38%; en industria, un 26%; en servicios, un 25%; en construcción e infraestructuras, un 17%; en consumo y distribución, un 17%; y en transporte y logística, un 9%.
El informe de KPMG apunta que el 95% de los planes analizados tienen fórmulas de aportación “consistentes en porcentajes fijos sobre el salario 'pensionable'”. Esto es, la base de cotización a la Seguridad Social, que incluye el salario fijo, el variable, las pagas extra y otros salarios en especie (como seguros o cheques comida). Sólo quedan fuera algunos tipos de pluses. En promedio, las empresas aportan un 3% adicional al salario del trabajador al plan de pensiones. “Lo habitual es que la compañía iguale o duplique la aportación obligatoria del empleado”, explica la consultora.
Lo habitual es que la compañía iguale o duplique la aportación obligatoria del empleado
Además, la retribución flexible va ganando popularidad: el trabajador sacrifica parte de su sueldo para su futura pensión y no tributa por ello en el momento con IRPF, hasta el rescate de lo aportado. También está ganando peso la cláusula ‘vesting’, a través de la que las empresas se aseguren que el trabajador debe jubilarse y abandonar la compañía para disfrutar del ahorro alcanzado con el plan de empleo.
La ley marca que el plan de empleo debe tener una comisión de control encargada del plan, lo que puede requerir de la contratación de asesores para el desarrollo técnico. Además, debe haber una entidad gestora de pensiones a cargo de las inversiones del patrimonio de los trabajadores y de las aportaciones de las empresas. Mientras que cuando el plan se basa en un contrato con una aseguradora, simplemente habrá seguros que garantizan un capital y unos intereses a partir de las primas satisfechas por la empresa.
Los sistemas de pensiones cuentan con tres pilares a escala global: el pilar 1 o del Estado, que es la pensión pública; el pilar 2, que son los planes de empleo; y el pilar 3, compuesto por el ahorro complementario individual. Mientras que en otros países de la OCDE los dos últimos pilares suponen en torno al 50% de las pensiones, en España la preparación para la jubilación queda en manos principalmente del Estado. No en vano, aún es uno de los países más ‘protectores’ o ‘generosos’ con los jubilados.
El problema es la presión demográfica. El estudio ‘Situación de las pensiones en España’ de KPMG recopila estadísticas del INE que evidencian este problema: en 1970 había 7,5 personas en activo -trabajando o en búsqueda de empleo- por cada pensionista. Este año, la ratio se sitúa en 2,6. Para 2050, las proyecciones apuntan a 1,5 activos para cada pensionista.
Dado que la reforma de 2013 vincula la actualización de las pensiones a la salud financiera del sistema -hasta entonces, subían según el IPC-, la tasa de sustitución se desplomará durante las próximas décadas. Esto, es la pensión respecto al último salario. Aunque los expertos asumen que habrá más reformas en el futuro, que por ahora parecen imposibles con las posiciones encontradas del PP y del PSOE en el Pacto de Toledo. En este sentido, Álvaro Granado, responsable de la unidad de pensiones de KPMG Abogados, insiste en la necesidad de “que la gente sepa qué va a cobrar”.
La situación hace que el 97% de las empresas encuestadas reconozca que será “necesario recurrir a sistemas de ahorro privado”, pero únicamente el 22% afirma que tiene un plan de empleo para su plantilla. Mientras que sólo el 5% considera que el sistema de pensiones público es viable a largo plazo si no cambia nada. Aun así, el 71% considera que la mayor responsabilidad recae sobre el Estado, el 26% apunta al individuo y sólo el 3% a la empresa.
Los datos de la encuesta de KPMG distan de la realidad que describió en febrero Inverco, la patronal de gestoras de fondos de inversión y de pensiones. Según sus estimaciones, únicamente en torno 4 de cada 1.000 empresas tienen planes de empleo -el 0,4%-. Es decir, en torno a 14.000 compañías de un universo de más de 3 millones. El conjunto de estos planes tiene activos bajo gestión por valor de 35.811 millones de euros, según Inverco. Una cifra que no se reduce por la revalorización de los planes, ya que apenas hay aportaciones netas -restando las prestaciones- como para elevar el patrimonio.
POCOS TRABAJADORES CUBIERTOS
Los trabajadores que están cubiertos por estos mecanismos de ahorro a través de estas compañías, en general de tamaño elevado, suponen el 11% de la población activa ocupada -entre ellos 700.000 funcionarios para los que desde 2012 no hay aportaciones a su plan de pensiones-, “porcentaje sensiblemente inferior al de países de nuestro entorno, donde la cifra de trabajadores cubiertos por planes de pensiones es muy superior”, afirma Inverco. La ratio se eleva hasta el 50% en Reino Unido o Irlanda, hasta el 90% en Suecia -aunque en este caso muchas aportaciones son en planes privados- y cerca del 100% en Suiza, explica el presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama. En unos casos por ley y en otros por la negociación de los convenios.
Los partícipes de planes de empresa en España tienen una edad media de 50 años, y sólo un tercio tiene menos de 45 años, teniendo en cuenta que por el impacto del interés compuesto en el ahorro cuanto antes se realicen las aportaciones más posibilidad hay de que crezcan. Además, otro dato facilitado por la asociación que resulta sorprendente es que en una economía en la que el 99% de compañías son pymes, entre los partícipes de planes de empresa sólo el 4% trabaja en una de tamaño pequeño o mediano.
Por rentabilidad, el vehículo más destacado es el PP Renta 4 Empresas 1, tanto a un año hasta septiembre, según Inverco, con un retorno del 15,5%; como por retorno anualizado en los últimos tres años, con un 10,3%; como a cinco años, con un 11,2%. El peor en el último año es el PGP-0301 (B) que gestiona Grupo Caser, con una pérdida del 14%.