Pedro Larena, quien fuera consejero delegado de Popular durante la transición de la presidencia de Ángel Ron a Emilio Saracho, ha declarado este miércoles ante el juez instructor de la Audiencia Nacional, José Luis Calama,. Tras responder a todas las preguntas del magistrado y los fiscales, ha explicado que su salida del banco estaba pactada con Saracho desde que este se incorporó al banco, pero la filtración de su dimisión el 3 de abril de 2017 precipitó los hechos, de acuerdo con fuentes jurídicas presentes en la declaración.
La dimisión de Larena se produjo ese 3 de abril, pero estuvo precedida de la publicación en Expansión de la misma, lo que precipitó el envío de un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Ese mismo día, la entidad había comunicado al supervisor de los mercados la reexpresión de las cuentas de 2016.
Según explicó Saracho al juez, no era su intención que estos dos acontecimientos sucedieran el mismo día, pero la comisión de auditoría decidió publicar el hecho relevante. De hecho, el expresidente del banco achacó a la ley de Murphy la coincidencia de estos dos acontecimientos.
Con todo, Larena ha explicado hoy al juez que la dimisión estaba pactada, aunque para junio, de acuerdo con las mismas fuentes. Los hechos se habrían precipitado por la filtración, un asunto de suma importancia para el magistrado y los fiscales de la causa penal, pues una de las dos piezas en las que se divide está dedicada a la presunta filtración de noticias para minar el precio de la acción.
De acuerdo con su explicación, Saracho le quitó la dirección financiera del banco con el nombramiento de Miguel Escrig, un área que en esos momentos estaba bajo el mandato de Larena, que se incorporó como número dos de Ron el verano anterior en sustitución de Francisco Gómez. Este último fue destituido tras la ampliación de capital de 2016, que se investiga en la primera pieza de la causa, y prestó declaración ante el juez el pasado mes de octubre.
Larena estaba citado a declarar este miércoles a las 11.30 horas. El interrogatorio por parte de Calama y los fiscales ha comenzado puntual y se ha extendido durante dos horas, en las que el exdirectivo ha respondido a todas sus preguntas, así como a las de su defensa.
