- El Banco de España señala como riesgo a Donald Trump contra "la complacencia" del mercado y porque puede alterar los planes de la Fed
- El futuro de Banco Popular es otro foco de incertidumbre en el sector financiero español
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Aunque el foco está en Banco Popular, el sector financiero español se enfrenta a otros desafíos. Además de la baja rentabilidad derivada del 'dinero gratis' del Banco Central Europeo (BCE), la diversificación geográfica, lejos de reducir los riesgos, se ha convertido para algunas entidades en una amenaza en sí misma.
Este es el caso de BBVA. El banco presidido por Francisco González sube un 15% en bolsa en el acumulado de 2017, en línea con el resto de competidores. Pero su capacidad de generar ingresos lejos de la economía española, que le ha permitido depender menos de una Europa en la que los bancos sufren con el euríbor en negativo, es ahora un problema. O, al menos, puede serlo si se cumplen los riesgos para las economías emergentes de los que advierte el Banco de España (BdE) en su último Informe de Estabilidad.
El organismo gobernado por Luis María Linde vuelve a señalar que, "a pesar de la relativa complacencia en los mercados de capitales, existen varios elementos que podrían alterar este contexto y afectar a las valoraciones de distintos activos financieros". El nexo común de los hitos que pueden romper la calma de los inversores es Donald Trump. "La incertidumbre en torno a las previsiones de crecimiento es muy elevada, principalmente por la reorientación prevista de las políticas económicas en Estados Unidos", señala.
En caso de que se materialicen los estímulos fiscales desde la Casa Blanca, el Banco de España cree que habrá un efecto positivo sobre la actividad económica, pero que obligará a la Reserva Federal (Fed) a acelerar la normalización de su política a pesar del elevado nivel de deuda estadounidense -por encima del 100% del PIB-. Lo anterior "podría tener efectos adversos, en particular en aquellas economías más expuestas a la financiación en dólares", explica el BdE, que señala a México y Turquía, los dos principales mercados extranjeros para BBVA.
En el primer caso, la economía mexicana supone en torno a la mitad de las ganancias de la entidad, 17 años después de unirse a Bancomer. En el primer trimestre, BBVA obtuvo un beneficio de 536 millones con la filial mexicana, un 45% de los 1.199 millones que ganó el grupo. La presencia en Turquía es más reciente. El banco presidido por Francisco González entró en el país a través de la compra de una participación de Garanti en 2015, que ha ido incrementando hasta alcanzar este año el 49,85%, ya que en febrero compró un 9,95% adicional por 859 millones de euros. BBVA ganó 160 millones en Turquía entre enero y marzo, un 13% del total.
El riesgo para México se deriva de "la proximidad geográfica y los estrechos vínculos comerciales, laborales y financieros entre México y Estados Unidos", razón suficiente para que la economía mexicana sea una de las más afectadas por el aumento de incertidumbre en torno a la política estadounidense, explica el Banco de España. La institución recuerda que ya antes de las elecciones de noviembre, cuando ganó Trump, hubo un deterioro en los mercados financieros mexicanos. Por otro lado, cualquier medida que limite la relación comercial, como la construcción del famoso muro o la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), golpearía a la economía de México.
El BdE señala a Turquía como una de las economías "más expuestas a un endurecimiento de las condiciones financieras internacionales"
El peligro para el vecino del sur de Estados Unidos no es nuevo. Pero sí poner el foco en otros emergentes. El Banco de España habla especialmente de Turquía como una de las economías "más expuestas a un endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, dada su dependencia de la financiación exterior". En este sentido, la actividad económica ya ha mermado desde el fallido golpe de Estado del pasado mes de julio, con una reducción del crecimiento del PIB desde el 6,1% de 2015 hasta el 2,9% de 2016. "El margen de política económica está muy constreñido y, de hecho, el banco central está endureciendo su política monetaria para evitar la depreciación de la divisa, frenar la inflación y sostener las entradas de capitales", asegura el informe de estabilidad.
Sin embargo, estos activos de BBVA en Turquía y México no son únicamente un riesgo. También una oportunidad en función de la evolución de estos países, explican los analistas de Bankinter. "La cotización de la acción no refleja el valor de la franquicia en México y la capacidad de gestión", explican estos expertos. "La depreciación de la lira turca entorpece la gestión pero la elevada rentabilidad del crédito y la solidez del balance permiten que la parte baja de la cuenta registre crecimientos de doble dígito", agregan.
POR SI TODO ESTO FUERA POCO...
Por si los riesgos provenientes de los principales mercados internacionales donde está presente fueran poco, a BBVA se le plantea un 'elemento' añadido que, de confirmarse, podría ser el detonante que le llevara a replicar los recortes que registró tras el triunfo de Trump.
Aunque se habla de Bankia como favorita para quedarse con Banco Popular, BBVA sería el segundo más poderoso en la liza por hacerse con la entidad presidida por Emilio Saracho. Se da la circunstancia, además, de que Bankia es un banco rescatado que necesita el permiso expreso de la Unión Europeo (UE) para comprar Popular. Entre las condiciones que se establecieron cuando recibió el dinero de Bruselas, figuraba la de no poder realizar operaciones corporativas hasta julio de 2017. Además, a partir de esa fecha, si decide hacer este tipo de operaciones, éstas deben ser de un tamaño reducido dado que tiene limitado el crecimiento de balance hasta enero de 2018. Hasta entonces, el balance de Bankia debe ser inferior a los 252.000 millones y la adquisición de Popular superaría este límite.
Los plazos de Bankia chocan con los de Popular. De forma oficiosa -el banco nunca ha mencionado fechas concretas- se baraja el 10 de junio como límite para que los bancos interesados en Popular presenten sus ofertas vinculantes. Además -y esto sí que lo ha dicho la entidad-, la respuesta sobre si habrá o no ampliación de capital llegará "en verano". Con todo, el mercado apunta que será durante el próximo mes cuando se concretarán los planes del Popular: si se vende, si hace ampliación de capital o si sigue desprendiéndose de activos. Distintas opciones posibles que, en principio, no son excluyentes.
Ante esas dudas sobre la 'opción Bankia', la 'opción BBVA' sigue cobrando fuerza. Aunque es cierto que Banco Santander también se encuentra entre los candidatos, las sinergias de la operación tienen más sentido para BBVA, según los expertos, que hablan de que pagaría un precio de en torno a 0,7 euros por acción. Sea lo uno u lo otro, lo que es un hecho es que tendrá que hacer frente al mercado, al que le costará entender al comprador por mucho que el precio sea ajustado. "En el mercado se ven con malos ojos una operación corporativa de este tipo", señala un experto de mercado a 'Bolsamanía', y advierte de que los accionistas minoritarios del banco comprador previsiblemente le castigarán.
En todo caso, lo cierto es que los expertos, en general, prefieren no 'mojarse' demasiado sobre quién, cuándo o cómo comprará Popular porque el riesgo de 'errar en el tiro' es elevado. Mientras llega un comprador, la prudencia se impone y las recomendaciones de compra sobre BBVA han ido descendiendo progresivamente hasta el nivel del 31% actual, según FactSet. En cuanto a los consejos de venta, están en el 34%, máximos desde abril de 2014.
Lo que sí ha sucedido con BBVA es que, tras el castigo que sufrió en bolsa con la victoria de Donald Trump en noviembre y el desplome del peso mexicano, se convirtió en 'value'. Durante los primeros meses de 2017 los fondos que persiguen comprar acciones infravaloradas por sus fundamentales han incrementado su inversión en 199 millones de euros, según recoge FactSet, gracias principalmente al aumento de la exposición de fondos de Commerzbank (181 millones más), Bankia (16 millones) y Pictet. Por su parte, los gestores de filosofía 'growth', que adquieren valores con capacidad de incrementar su beneficio, han sido netamente vendedores al reducir su tenencia de acciones en 264 millones pese a las compras de vehículos de Santander AM, que aumentan su posición en 120 millones. Sin embargo, Amundi la reduce en 304 millones y T. Rowe Price en 108 millones.