- Sus laboratorios destaca a nivel mundial: esclerosis múltiple y alzhéimer
- Es la comunidad con una mayor concentración de empresas biotecnológicas
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Oryzon decidió mover ficha en la controversia que vive Cataluña. La biotecnológica anunciaba este martes, coincidiendo con el discurso del discurso del Rey Felipe VI, el cambio de su domicilio social a Madrid. En plena crisis institucional, la compañía abandona la ciudad donde ha vivido sus 17 años de historia.
Pero en este período, Oryzon ha incorporado otro domicilio en Cambridge, Massachusetts (EEUU). La biotecnológica fue fundada en el año 2000 en la ciudad condal por un matrimonio de científicos: Tamara Maes y Carlos Buesa. Ambos siguen lideran este proyecto como consejeros ejecutivos y se mantienen como accionistas mayoritarios de la compañía con el 10,96% del accionariado, respectivamente, 21,92% en total. El fondo de riesgo francés Najeti, especializado en la industria de la innovación, es el segundo mayor accionista de Oryzon, ya que cuenta con el 20,54% de sus acciones.
En este tiempo, la empresa de origen catalán se ha convertido en una biofarmacéutica de referencia en España y ha logrado ampliar su plantilla hasta los 35 empleados. Pero el desarrollo de su negocio no ha resultado fácil. Desde su fundación hasta 2008, la empresa centró sus esfuerzos en desarrollar un modelo empresarial de diagnóstico genómico (conjunto de ciencias y técnicas dedicadas al estudio integral del funcionamiento, el contenido, la evolución y el origen de los genomas), proporcionando servicios genómicos a la industria farmacéutica en Europa.
Un sector de gran relevancia para el país. La biotecnología supuso en 2015 el 8,6% del PIB, del que el 0,8% corresponde a empresas estrictamente biotecnológicas, las llamadas biotech. La comunidad con una mayor concentración de empresas usuarias de biotecnología es Cataluña, un 17,3% del total. En cuanto a empresas con dedicación principal a la biotecnología, también la mayor parte se registra en Cataluña (27,6%).
TRATAMIENTOS SOBRE ALZHEIMER Y ESCLEROSIS
En 2008, a través de la adquisición de Crystax Pharmaceuticals, Oryzon apostó por el descubrimiento de fármacos en oncología y enfermedades neurodegenerativas. Nuestro modelo empresarial consiste en desarrollar nuestros candidatos a fármacos patentados hasta la fase clínica II.
En la actualidad, la compañía es una empresa biofarmacéutica en fase clínica y es líder europeo en el desarrollo de terapias basadas en epigenética, (sistema de regulación que controla la expresión de los genes sin afectar a la composición de los genes en sí mismos). La compañía cuenta con dos compuestos en fase clínica, ORY-1001, un inhibidor de LSD1 muy potente y selectivo al que se ha concedido la designación de medicamento huérfano por la EMA, en Fase I/IIA en oncología, y ORY-2001, un inhibidor dual de LSD1/MAO-B en Fase I para el tratamiento del Alzheimer y esclerosis múltiple.
NÚMEROS ROJOS
En el primer semestre de 2017, Oryzon registró unas pérdidas de 2,7 millones de euros. Desde la empresa atribuyó esos números rojos a la especificidad del modelo de negocio de las empresas del sector, que requieren de mucho capital hasta que logran comercializar su producto.
Los ingresos netos de la cifra de negocio se situaron en 16.764 euros. Por otro lado, según recogen sus resultados del primer semestre de 2017, la compañía gastó en personal 1,5 millones de euros, teniendo en cuenta que su plantilla está formada por 35 personas.
UN MAL AÑO BURSÁTIL
Este miércoles la compañía, que capitaliza cerca de 70 millones de euros, subió más de un 12% tras anunciar su mudanza y recupera los 2 euros por acción. En esta sesión la compañía está negociando cerca de 868.000 acciones, cuando su media diraria es de 51.000. No obstante, Oryzon acumula una caída de cerca de un 51% en bolsa en este 2017. Con una jornada clave este período, el pasado 20 de julio.
La compañía farmacéutica se desplomó un 27%, hasta los 2,11 euros por título, tras conocerse la decisión de Roche de concluir el acuerdo de desarrollo de un fármaco experimental para su uso en cánceres hematológicos y tumores sólidos. Una acuerdo que había reportado a Oryzon cerca de 20 millones de euros.