• Los expertos advierten que la incertidumbre en Turquía aumenta el riesgo de invertir en BBVA
  • La digitalización y el aumento de beneficios en Latinoamérica son los puntos fuertes de la entidad
BBVA

La noticia del intento golpe de Estado en Turquía sorprendió a todo el mundo hace poco más de un mes. También a los inversores, que se lanzaron a reducir su exposición a la lira turca y en la Bolsa de Estambul. En España, un nombre propio suena con fuerza a la hora de ver los valores afectados: BBVA. Este lunes los títulos cerraron con ganancias del 0,81%, aunque en el acumulado del año se dejan un 24%.

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El banco español se convirtió el pasado año en el principal accionista de Garanti, el segundo mayor banco comercial de Turquía, con una participación del 39,9%. Para ello, compró el 14,89% a Dogus por 1.854 millones de euros. “BBVA es el banco europeo con mayor presencia en Turquía, un país con un potencial de crecimiento altísimo pero que conlleva riesgos importantes”, recuerda Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.

De hecho, según figura en la cuenta de resultados del banco presidido por Francisco González, BBVA generó 324 millones de euros de beneficio en el país durante el primer semestre de 2016, un 31,7% más que el año anterior. Es decir, la exposición a Turquía calculada como la capacidad de generar beneficio, alcanzó el 17% de los 1.833 millones de ganancias entre enero y junio. Mientras que en volumen de activos supone el 12,3%, según calculan en Bankinter.

Desde el cierre del Ibex del 15 de julio, antes de conocerse las primeras informaciones sobre el levantamiento militar (se desarrolló en la noche del viernes al sábado), BBVA se deja en bolsa algo más de un 5%. El varapalo bursátil está en línea con Santander e incluso es ligeramente inferior al de otros bancos españoles, pero los intereses turcos del banco se han revelado ya como una amenaza. El riesgo para las acciones es que se inicie un periodo de inestabilidad en Turquía. “El negocio se podría ver perjudicado, por no hablar de la depreciación de la lira turca o de la caída del precio de los bonos turcos que tiene en balance”, añade López-Gálvez.

En el periodo mencionado, la lira turca se hunde cerca de un 4% respecto al euro desde el levantamiento militar. El XU 100, principal índice de la Bolsa de Estambul, retrocede un 6% y borra la mitad de las ganancias que había generado hasta ese momento en el año. Los bancos turcos están entre los valores más castigados por el momento, y Garanti se deja desde el 15 de julio más de un 7%. Rompe así la tendencia que tenía en 2016, ejercicio en el que aún acumula una revalorización cercana al 10%.

La inestabilidad política en Turquía y la depreciación de la lira turca penalizan a la cotización del banco

“La exposición a Turquía aumenta el perfil de riesgo del banco”, aseguran los analistas de Bankinter en un informe sobre BBVA. “La inestabilidad política en Turquía y la depreciación de la lira turca penalizan a la cotización del banco”, agregan. Además, explican que esta escalada de la inestabilidad coincide con un deterioro de los fundamentales macro del país. El déficit por cuenta corriente se sitúa en torno al 4,5% del PIB y la inflación supera el 7,6%. Factores que “están propiciando un aumento de la volatilidad y del riesgo percibido sobre el país que impactará negativamente sobre la cotización de BBVA a corto plazo”.

¿ADIÓS AL POTENCIAL DE TURQUÍA?

No hay que olvidar que hace no mucho, la economía turca crecía a ritmos anuales del 8% y 9%, y que en 2005 Goldman Sachs la incluyó entre los 'próximos once', países que describía con el futuro más atractivo para los inversores. Pero como ha sucedido con los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), término también acuñado por Goldman, estos altos ritmos de crecimiento nunca son para siempre.

La economía otomana sufrió la crisis internacional con una recesión del 4,8% en 2009, un bache en un camino de crecimiento que se ha mantenido el resto del tiempo. En 2014 el PIB se expandió un 2,9%, y el pasado año lo hizo en un 3,8%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó en abril un crecimiento también del 3,8% para este año, antes del intento de golpe de estado que ha elevado la incertidumbre.

NO TODO ES NEGATIVO PARA BBVA

A pesar de Turquía, BBVA es para los analistas el valor con más potencial entre los pesos pesados del Ibex 35 junto a Telefónica. El consenso de mercado que recoge Bloomberg le otorga un precio objetivo de 6,17 euros a la entidad, lo que supone una revalorización potencial del 20% frente a la cotización actual, cerca de los 5,1 euros.

Lo que mejor está haciendo BBVA es el proceso de transformación tecnológica, algo que dará sus frutos a medio plazo

“Lo que mejor está haciendo es el proceso de transformación tecnológica, algo que dará sus frutos a medio plazo, ya que le hará ganar cuota de mercado frente a otros bancos que han dejado de lado esta parcela”, opina el analista Felipe López-Gálvez, que destaca también como elemento positivo el informe del abogado del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en el que recomendaba no aplicar retroactividad antes de 2013 a la anulación de las cláusulas suelo y la devolución del dinero correspondiendo a los clientes.

Otro de los factores clave para las cifras de BBVA es Latinoamérica, región a la que como la mayoría de los 'blue chips' del Ibex tiene una alta exposición. De hecho, en los seis primeros meses del año México generó ganancias por valor de 968 millones de euros para la entidad (un 10,6% más que en 2015), el 52% del beneficio total. A esto hay que agregar 394 millones en América del Sur, el 21,5% del total.

Aunque la depreciación de las divisas latinoamericanas ha lastrado las cuentas de BBVA en los últimos trimestres, “es muy positivo que pese a la recesión de parte de América del Sur el banco haya podido elevar los beneficios”, matiza López-Gálvez.

No obstante, el analista apunta otro riesgo: la exposición directa e indirecta a Estados Unidos. Directa por el negocio que tiene en la primera economía mundial, que generó un beneficio de 178 millones de euros hasta junio (un 9% del total). La indirecta por la vinculación de México con su vecino del norte. “Una de las principales preocupaciones es que Donald Trump salga elegido presidente. Las elecciones, además, también pueden afectar a su filial estadounidense, que se vería favorecida por una subida de tipos de la Reserva Federal (Fed). En esta división, también genera dudas la calidad de sus activos a ojos de las autoridades”, sentencia el analista de Self Bank.

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