- Las entidades han enviado un mensaje tranquilizador a los gestores de la compañía
- Si no se encuentra un comprador, se trabajaría en una refinanciación que permitiera al grupo continuar con su actividad de forma estable
Los bancos acreedores de Abengoa están buscando desde este miércoles un nuevo comprador para la compañía después de que Gestamp finalmente se haya echado atrás, lo que ha provocado que la compañía vaya a solicitar el preconcurso de acreedores y, como saben, la 'debacle' total de sus acciones en bolsa.
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Fuentes internas de una de las entidades acreedores han señalado a El Mundo que "lo ideal sería un socio industrial, si es posible español, pero si no hay interesados o es imposible un acuerdo, siempre es posible recurrir a fondos de inversión capaces de asumir la deuda para estabilizar la situación financiera de la empresa".
Lo ideal sería un socio industrial, si es posible español, pero si no hay interesados o es imposible un acuerdo, siempre es posible recurrir a fondos de inversión
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Las entidades, además, según han precisado fuentes de Abengoa al diario, han enviado un mensaje tranquilizador a los gestores en el sentido de que, si no se encuentra un comprador, se trabajaría en una refinanciación que permitiera al grupo continuar con su actividad de forma estable. La sensación, añade El Mundo, es que no puede dejarse caer a una compañía de la importancia y dimensión de Abengoa, con un pasivo de 27.000 millones de euros en su balance.
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URGE UNA SOLUCIÓN
Es necesaria una solución para los problemas de la empresa y hay que encontrarla en pleno periodo electoral, cuando "todo el mundo" tiene la cabeza en "otras cosas". Como saben, el plazo de tiempo para hallar una solución es de cuatro meses al término de los cuales la empresa caería en el mayor concurso de acreedores de la historia de España, superando al de 7.000 millones de euros de Matinsa-Fadesa con la explosión de la burbuja inmobiliaria.
El Mundo hace hincapié en la deuda de la compañía y en esa idea, en cierto modo generalizada, de que se han empleado "complejos mecanismos financieros" para contabilizarla. Tras declararse el preconcurso, la empresa consigue blindarse frente a un posible proceso de embargo por impago a sus acreedores. Además, los gestores no pierden el control de la compañía a pesar de la insolvencia, algo que sí ocurriría si son los demandantes los que solicitan al juez el concurso forzoso de la firma.
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