- Popularizó la filosofía 'value' que ha combinado con la selección de empresas de alta calidad y bien gestionadas
- Sin embargo, en ocasiones ha comprado compañías con características similares a estos valores con las que ha tenido una gran rentabilidad
Si a un asesor cualificado se le pregunta por el mejor ejemplo a seguir en la inversión por largo plazo, la probabilidad de que responda Warren Buffett es muy elevada. Y que para explicar su filosofía asocie invertir en empresas infravaloradas pero de calidad, también. Sin embargo, algunas de sus compras más exitosas han sido compañías con problemas que han cambiado de gestión. Es decir, como Abengoa y Popular en la bolsa española.
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El 'Oráculo de Omaha', como se conoce a Buffett, preguntó en su momento a Francisco García Paramés, ex director de inversiones de Bestinver y futuro presidente de Cobas Asset Management, por empresas que veía atractivas en España, según explica éste en su libro 'Invirtiendo a largo plazo'. Fue su primer y único contacto directo con el mercado español.
Pero si le contratara uno de los fondos españoles con estilo 'value' o valor que en 2016 lideran en ranking de rentabilidad en bolsa local este año, tendría la disyuntiva de si invertir en dos de las acciones más castigadas de los dos últimos años, pero que acaban de iniciar una nueva etapa, y lo hacen con grandes descuentos en su cotización: Banco Popular y Abengoa. Aunque con una historia particular en cada caso, ambos valores comparten haber tenido graves problemas, haber sido muy castigados en el parqué y haber protagonizado un cambio en su cúpula ejecutiva.
VALOR Y CALIDAD
Buffett suele dar un consejo a la hora de invertir: si usted fuera a hacer una única compra en toda su vida, ¿cuál sería? Esto implica criterios de valoración y de calidad. En el primer caso, siguiendo las enseñanzas de Benjamin Graham (1894-1976), con la compra de valores que pueden adquirirse con una rebaja considerable respecto a su valor intrínseco. Es decir, buscar valores con un descuento, lo que Graham definió como margen de seguridad -diferencia entre el valor intrínseco de un título y su precio de mercado-. Por su parte, Paramés cita el concepto de regresión a la media. Ambos términos sirven para esperar que el precio de la acción tienda tarde o temprano hacia su valoración. Siempre y cuando esta sea correcta.
A menudo se utiliza esta descripción para describir el 'value investing' o estilo valor. Y se acerca mucho a lo que hacían Benjamin Graham y Buffett. Aunque en este caso en sus inicios. Igual que Paramés en la industria de fondos española. Ambos han evolucionado hacia exigir calidad junto a la valoración atractiva para evitar lo que se conoce como trampa de valor: empresas que parecen estar baratas pero en realidad el mercado las valora adecuadamente.
Y ENTONCES... ¿QUÉ HACEMOS CON LAS EMPRESAS BARATAS?
La calidad no es fácil de medir. Por ello, estos gestores cobran comisiones que, a menudo, han valido la pena a sus clientes. Se trata de un trabajo cualitativo. El problema es que cuando cambia de rumbo una empresa, se complica la predicción. “Empresas de primera línea con dirigentes de primer nivel. Eso es lo que andamos buscando. Adquirimos empresas que están funcionando bien. Si me necesitaran en Fort Worth -haciendo referencia a Justin Boots, fabricante de botas que compró en el año 2000 Berkshire Hathaway-, no la compraríamos”, aseguró hace unos años Warren Buffett, según escribe en su biografía Robert G. Hagstrom. En el mismo libro, se recoge una cita del propio Buffett en el informe anual de Berkshire en 1987 que muestra su poca predisposición a comprar empresas que experimenten grandes cambios en su ejecutiva, por la incertidumbre que ello genera, y como les ha pasado ahora a Popular y a Abengoa: “Los cambios importantes y los rendimientos excepcionales no suelen caminar juntos”.
Buffett adquirió en 2002 la empresa Fruit of the Loom, después de haber quebrado y haber tenido un cambio en la presidencia
No obstante, Buffett busca lo que describe como ventajas competitivas a largo plazo “y si se trata de algo permanente”. Así, pese a todas sus dificultades actuales y la falta de certidumbre, Popular y Abengoa tendrían una oportunidad con uno de los inversores más famosos, exitosos y millonarios del mundo. En este sentido, Popular ha sido históricamente uno de los bancos mejor colocados en el negocio de financiación a pymes, Abengoa tiene contratos a lo largo del planeta por sus capacidades como grupo de ingeniería y constructor.
El ejemplo de la adquisición Fruit of the Loom en 2002 va en línea con esta posibilidad y en contra de los resúmenes habituales sobre la filosofía de Buffett que se dejan fuera grandes matices. No es el único, ya que la propia Berkshire Hathaway era un grupo textil en decadencia que el 'gurú' estadounidense transformó a lo largo de la década de los 60. Mientras que el hólding del negocio del reaseguro General Re, la cuarta mayor compra de su historia por 16.150 millones de dólares en 1998, fue una fuente de preocupaciones y un error reconocido por el propio Buffett ante los accionistas de Berkshire.
Pero lo de Fruit of the Loom es un caso mucho más similar. Una empresa con un negocio dedicado a la ropa de vestir, que le costó en el año 2002 un total de 835 millones de dólares, además de asumir una deuda de 1.600 millones. La compañía había quebrado por lo que Buffett describió como una “gestión deficiente”, y la operación se produjo tras un cambio en la presidencia y la llegada a ésta de John Holland, según relata Hagstrom: “La mejora se hizo patente de forma inmediata. Los beneficios aumentaron, los costes de explotación descendieron”.
FONDOS CON EXPOSICIÓN A POPULAR Y ABENGOA
Banco Popular ha tenido uno de los años más movidos de su historia, con una ampliación de capital de 2.505 millones de euros, el relevo primero del consejero delegado, con la llegada de Pedro Larena, y de la presidencia después con la salida de Ángel Ron después de 12 años y el fichaje de Emilio Saracho, vicepresidente de JP Morgan. La entidad, que también ha realizado un ajuste de 2.592 trabajadores y 302 oficinas, se deja en bolsa un 62,5% en 2016 pese al rebote del 31% desde los mínimos de tres décadas marcados el pasado 28 de noviembre.
Aun así, hay fondos que siguen teniendo una convicción fuerte por Popular. Especialmente dos productos con más de un 4% del patrimonio invertido en el banco, como son el vehículo mixto Global Allocation de Renta 4 y el de bolsa española Okavango Delta de Abante. En este último caso, su gestor, José Ramón Iturriaga, justifica su inversión en las expectativas de que participe en algún movimiento corporativo como entidad consolidada. Además, recuerda que cotiza con una ratio de entre 0,3 y 0,35 veces su valor en libros.
No obstante, esto podría no ser suficiente para que Popular pudiera estar en el radar de Buffett, si éste seleccionara valores españoles. "Siempre que Buffett invierte en banca lo hace en el banco de mayor calidad y balance más saneado. Wells Fargo es un ejemplo. En términos de balance, es uno de los bancos que menos se vio afectado por la crisis subprime", puntualiza Pablo Martínez, responsable de relación con los inversores de Amiral Gestión.
En el caso de Abengoa, más de lo mismo, agrega este experto: "No te puedes fiar de empresas que han tenido una contabilidad muy agresiva". Aunque la compañía empieza a ver la luz tras evitar el concurso de acreedores y llevar a cabo una profunda reestructuración del negocio y de su ejecutiva. La empresa, que ha perdido más del 90% de su valor en bolsa desde 2015, aprobó en noviembre la formación del nuevo consejo con nombres importantes en el mundo empresarial español. Un reseteo para centrarse en la ingeniería y en la construcción, y menos en las energías renovables.