Intel atraviesa un momento muy delicado. El fabricante de chips ha presentado unos resultados del segundo trimestre peores de lo esperado y su guía ha decepcionado al mercado. Esto ha llevado a la compañía a cancelar el dividendo y a anunciar un recorte del 15% de la plantilla como parte de un plan de reducción de costes de 10.000 millones de dólares. La firma ha disparado todas las alarmas.
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La empresa ha obtenido entre abril y junio una pérdida neta de 1.610 millones de dólares frente al beneficio neto de 1.481 millones de dólares del mismo periodo del ejercicio anterior. Los ingresos, por su parte, han alcanzado los 12.833 millones de dólares, una cifra un 1% inferior a los 12.949 millones de dólares del segundo trimestre del año pasado y por debajo de los 12.940 millones de dólares estimados por el consenso.
"Tanto las cifras como las guías de Intel fueron débiles y esto unido a la cancelación del dividendo y al programa de recorte de plantilla han hecho que el valor reaccionara muy negativamente en el mercado", explican desde Bankinter.
Es más, los estrategas de la entidad remarcan que "Intel es el peor valor del sector de semiconductores en lo que llevamos de año, con un recorte de -42%".
Y es que la compañía no atraviesa su mejor momento. Tal y como ha reconocido Pat Gelsinger, CEO de Intel, "el desempeño financiero del segundo trimestre fue decepcionante, aun cuando alcanzamos hitos clave en tecnología de procesos y productos. Las tendencias del segundo semestre son más desafiantes de lo que esperábamos anteriormente, y estamos aprovechando nuestro nuevo modelo operativo para tomar medidas decisivas que mejorarán las eficiencias operativas y de capital al tiempo que aceleran nuestra transformación IDM 2.0".
En este sentido, Intel va a llevar a cabo un "realineamiento estructural y operativo" en toda la empresa, con reducciones de personal, de gastos operativos y de gastos de capital de más de 10.000 millones de dólares en 2025. Como resultado de estas acciones, espera lograr una "línea de visión clara hacia un modelo de negocios sostenible con los recursos financieros y la liquidez continuos necesarios para respaldar la estrategia a largo plazo".
El gigante de los chips también ha tomado la decisión de suspender el dividendo a partir del cuarto trimestre, reconociendo la importancia de priorizar la liquidez para respaldar las inversiones necesarias para ejecutar su estrategia. Con todo, ha reiterado su compromiso a largo plazo con un dividendo competitivo a medida que los flujos de efectivo mejoren hasta alcanzar niveles sosteniblemente más altos.
Unas medidas que ponen de relieve como "la compañía sigue luchando por recuperar su posición en el mercado donde en los últimos años ha visto como algunos de sus competidores le están quitando cuota de mercado de forma continuada", concluyen en Bankinter.