La temporada de resultados ya ha comenzado a ambos lados del Atlántico y un asunto va a centrar la atención de los inversores, especialmente en el Viejo Continente. Se trata claramente del impacto que la crisis energética haya podido tener ya en las cuentas del tercer trimestre pero, sobre todo, de la posibilidad de que las expectativas de las compañías se vean recortadas por este motivo.
"Los inversores esperan con mucha inquietud lo que las cotizadas tengan que decir (...) cuando den a conocer sus cifras", apunta Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities, quien avisa de que el comportamiento de las bolsas a corto y medio plazo va a depender de lo que ocurra en esta temporada de resultados.
"Si las empresas se muestran optimistas con sus expectativas de resultados a pesar del fuerte aumento de los costes energéticos y de los problemas de suministro que están experimentando, la reacción de las bolsas puede ser muy positiva. En sentido contrario, si los gestores de las cotizadas realzan el impacto negativo que en sus ventas y en sus márgenes están comenzando a tener estos factores, es muy posible que los mercados de valores occidentales continúen corrigiendo", advierte.
Bank of America (BofA) decía la semana pasada que se está hablando mucho del impacto de la crisis energética en los consumidores y muy poco del "sufrimiento" de las empresas por este motivo, y aventuraba una caída del beneficio operativo de éstas en Europa, debido a este motivo, del 1,5% este año y del 2,4% el próximo.
LOS RESULTADOS DEL CUARTO TRIMESTRE SERÁN "CRUCIALES"
Naeem Aslam, director de análisis de AvaTrade, insiste en esta idea. Aunque reconoce que los resultados del tercer trimestre serán "el factor más importante que impulse la volatilidad en las bolsas durante las próximas semanas", son los del cuarto trimestre los más relevantes.
"Los inversores deben tener en cuenta que, aunque se espera que los beneficios del tercer trimestre crezcan, son los del cuarto trimestre los que serán cruciales, ya que se espera que el 'tapering' comience en noviembre y que el aumento de los precios de las materias primas y la crisis energética 'calienten' a las empresas en los próximos meses", explica. "Por ello, las expectativas de las empresas son tan importantes para los inversores en estos momentos", añade.
Con todo, Aslam reconoce que cualquier sorpresa de beneficios positiva impulsará casi con toda seguridad a los índices bursátiles porque las previsiones de beneficios "han sido poco halagüeñas".
Para Danni Hewson, analista financiero de AJ Bell, la pregunta sigue siendo cuánto ha impacto la crisis energética y "qué se guardan las empresas en la manga para el futuro". Ahora mismo, reconoce, las perspectivas de resultados están en todas las listas de lo que no hay que perder de vista.
"CAPACIDAD DE SUPERAR LOS RETOS"
Jefferies ha publicado recientemente un informe con sus empresas favoritas de cara a la temporada de presentación de resultados. Así, explica que la recuperación post-Covid de la mayoría de los sectores se encuentra ahora en una segunda fase tras un comportamiento en forma de 'V' en la primera mitad de año. De este modo, a medida que el ritmo de recuperación se normaliza, las empresas tienen que afrontar ahora nuevos retos y "su capacidad para ello será crucial para la evolución de su cotización en bolsa".
Entre esos restos Jefferies se refiere a la inflación de los precios de la energía y el aumento de los precios del petróleo, junto con los cuellos de botella de la cadena de suministro.
En este marco, las empresas que, en su opinión, están bien posicionadas para encarar esta situación son: BBVA, Intermediate Capital, Marks & Spencer, Société Générale, Stora Enso y UniCredit.