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Tesla Model 3TESLA - Archivo
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La mejora de Tesla en 2023 es evidente. Tras un 2022 nefasto en el que el fabricante de vehículos eléctricos perdió un 60% de su valor en bolsa, arrastrada por las tribulaciones de Musk con Twitter y las dificultades de su negocio, la compañía texana ha pisado el acelerador en este comienzo de año y repunta un 58% en este último mes y medio. Las últimas cuentas trimestrales de la compañía mostraron un beneficio un 58% mayor que en el ejercicio anterior, a pesar de que el mercado esperaba unos resultados muy distintos. Sin embargo, el desempeño futuro de Tesla puede decidirse hoy y puede hacerlo un factor exógeno a la firma dirigida por Musk: el dato de inflación en Estados Unidos.

Tras recibir señales mixtas por parte de un sorprendente informe de empleo y de los positivos indicadores del sector servicios, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) es clave para la primera economía del mundo. En términos mensuales, la subida del IPC general ha sido del 0,5%, en línea con lo esperado, lo que supone una aceleración desde el 0,1% al que creció en diciembre, mientras que la subyacente ha crecido un 0,4% en el último mes, también en línea con las expectativas de consenso. Se espera que esta lectura decante por completo la postura de la Reserva Federal (Fed) en las próximas semanas.

“La principal conclusión del informe de empleo es que la economía estadounidense está resistiendo mejor de lo esperado y, por lo tanto, la Reserva Federal tiene más margen para seguir subiendo los tipos durante más tiempo o a niveles más altos”, explica James Harte, analista de mercados de TickMill Group, por lo que la lectura de este indicador “se verá como una confirmación de esta perspectiva o como una nueva dilución de la misma”.

En esta línea se sitúa Naeem Aslam, analista jefe de mercados de AvaTrade, que cree que un buen dato de inflación dará pocos argumentos a la Fed para mantener su postura “ultrahawkish”, ya que sería “contraproducente”. Sin embargo, si la cifra de inflación repunta o “da un giro de 180 grados y comienza a dispararse de nuevo, es muy factible que la Reserva Federal aproveche la oportunidad para subir los tipos de interés varias veces en los próximos trimestres con el fin de estrechar su control sobre la inflación”.

“El discurso del presidente de la Fed de la semana pasada cambió las expectativas del mercado sobre la tasa terminal de la Fed. Esto sugiere que el futuro tipo de interés del banco central podría situarse entre el 5,25% y el 5,5%”, recuerda Aslam.

Al igual que la postura de la Fed, el rumbo de las acciones de Tesla depende casi enteramente del dato de inflación. Así lo cree Harte, que señala que los derechos del fabricante estadounidense se han estancado “en una prueba de la zona de 207,71 dólares” y solo el dato de inflación podrá definir su dirección.

“Si los datos de inflación de Estados Unidos de hoy son inferiores a las previsiones, las acciones volverán a subir y la superación de los 207,71 dólares abrirá el camino a una prueba de 255,61 dólares. Sin embargo, si el dólar se recupera tras un mal dato de inflación, es probable que el valor vuelva a probar el soporte de 170,22 dólares. Este será un pivote clave para Tesla y los alcistas tendrán que defender el nivel para mantener viva la perspectiva de subidas”, indica el experto.

SOROS NO COMPRA LOS MALOS PRESAGIOS

Independientemente de lo que haga Tesla en el mercado, lo cierto es que la industria del automóvil no viene de sus mejores años. El sector ha sufrido en sus carnes los efectos de la pandemia, de la escasez de componentes o de las tensiones de la cadena de suministro y se ha visto a realizar cierres temporales y parciales durante los últimos años. Ahora, a esta industria le toca combatir contra los temores de una menor demanda debido a la inflación.

Creemos que es cada vez más probable que la demanda se suavice en 2023. (...) También creemos que los costes de los insumos de los fabricantes de equipos originales se verán afectados por el aumento de los pagos a proveedores, que se verá agravado por la fragilidad de las redes logísticas”, señalan desde Berenberg.

La firma espera que las previsiones conservadoras dominen las perspectivas del sector para 2023 hasta que las entradas de pedidos en Europa y EEUU tomen forma, y hasta que se dibuje una imagen más clara de la demanda una vez que se ha pasado el parón del Año Nuevo en China.

Sin embargo, hay quienes creen o parecen creer que este 2023 no será tan negro como lo pintan. Uno de ellos es el multimillonario inversor George Soros, que parece haber encontrado en Tesla algo que le ha gustado a pesar de que el valor fuera vapuleado en bolsa en 2022.

El fondo del inversor de origen húngaro, Soros Fund Management, adquirió 242.399 acciones de Tesla durante el cuarto trimestre, según un informe presentado el lunes, un 270% más que hace un año. Esta compra, que se produjo en los momentos más turbulentos de la compañía, eleva las participaciones totales del fondo a 332.046 acciones del fabricante de vehículos eléctricos.

Paralelamente, el fondo de Soros liquidó su posición en Twitter conforme se supo que Musk sería el encargado de dirigir la red social del pájaro azul. En ese mismo período, Soros vendió también sus participaciones en Zoom.

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