ep archivo - fachada y letrero del primer local de zara que abrio en la capital junto a la puerta
Fachada y letrero de una tienda de ZaraJesús Hellín - Europa Press - Archivo
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Inditex rechaza "firmemente" las acusaciones que han vertido contra ella varias ONG por hacerse beneficiado, supuestamente, del trabajo forzado de la minoría uigur en China. La compañía española asegura que la denuncia presentada en Francia por estas organizaciones, que implican también a otras empresas textiles internacionales, "carece completamente de base", aunque tendrá que aclararlo ante la Justicia ya que la Fiscalía Nacional Antiterrorista ha abierto una investigación preliminar al respecto.

"La compañía dispone de rigurosos controles de trazabilidad que han permitido confirmar que tales acusaciones son infundadas", ha asegurado Inditex en declaraciones de las que se hace eco Efe. Es más, ha insistido en que tiene "tolerancia cero hacia cualquier forma de trabajo forzoso", recordando que aplica diversas políticas y procedimientos "para asegurar que esta práctica no existe en nuestra cadena de suministro".

Niega así las acusaciones sobre su negocio en el gigante asiático, y ha remarcado que colaborará con las autoridades francesas para demostrar su inocencia. Unas declaraciones, las de Inditex, que se han producido después de que este jueves se conociese la apertura del procedimiento en los juzgados galos.

"Se ha abierto una investigación tras la presentación de una querella por beneficiarse de crímenes contra la humanidad", ha explicado una fuente judicial francesa citada por la agencia de noticias. La investigación se produce tras la denuncia presentada el pasado mes de abril por varias ONG contra Inditex, Uniqlo, Sketchers y SMCP, entre otras grandes firmas, a las que acusan de beneficiarse del trabajo forzado al que, según grupos de derechos humanos, es sometida la minoría uigur en la región china de Xinjiang (noroeste).

Cabe destacar que esta zona produce aproximadamente el 20% del algodón mundial y, según los denunciantes, las labores en el cultivo y recolección se realizan en parte gracias al trabajo forzado al que son sometidos los uigures (una etnia centroasiática de religión musulmana) por parte de las autoridades chinas.

La apertura de la investigación es, según Nayla Ajaltouni, portavoz de Étique sur l'étiquette (Ética en la etiqueta), uno de los colectivos demandantes, "una gran satisfacción". "Teníamos mucha esperanza de que se abriera", porque "es una primera etapa para que se cuestione por fin la responsabilidad de esas firmas y su rol como beneficiarias impunes de una situación de crímenes contra la humanidad", ha remarcado.

Asimismo, ha aprovechado para recordar que las instituciones de la Unión Europea están negociando una directiva sobre el deber de vigilancia y la responsabilidad jurídica de las compañías transnacionales. "Le corresponde también a la Justicia poner fin a esta impunidad que dura ya demasiado tiempo", ha concluido.

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