2018 pasará a la memoria del sector hotelero español como el año en que Blackstone se hizo con Hispania o el del desembarco de la tailandesa Minor en el accionariado de NH Hotel. Estas dos operaciones sirven como ejemplo del vivo apetito del inversor internacional por los hoteles españoles. Pero no todas las provincias han tenido suerte: el conflicto catalán y la moratoria turística siguen hundiendo a Barcelona.
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El interés se refleja, por segundo año, en la cifra récord de inversión en el sector hotelero en 2018, con 4.810 millones, según el informe Radiografía del Mercado de Inversión Hotelera en España elaborado por Colliers International y que incluye hoteles en funcionamiento y la compra de inmuebles para su reconversión. España ha consolidado este último año su atractivo frente a sus competidores europeos y, según los datos hasta septiembre, con 3.708 millones invertidos, su cuota de mercado a nivel europeo se situaba en un 24%, por encima del 17% y 11% de los dos años anteriores.
Que Blackstone haya apostado por España será, sin duda, un efecto llamada durante este año para los inversores ‘added value’, aquellos que buscan maximizar el valor de activos, pero también vendrán a buscar su oportunidad los inversores patrimoniales y las cadenas hoteleras, opinan en la consultora.
GOLPE PARA BARCELONA
El buen momento del sector no debe hacer olvidar que aún hay riesgos a los que estar alerta. La tensión política en Cataluña ha sido clave en el último año. Mientras que la inversión se ha repartido a nivel geográfico, Barcelona se ha visto muy afectada por las tensiones sociopolíticas, considera Colliers.
Las cifras son claras: la inversión se ha desplomado más de un 50% en 2018 en la provincia, hasta 244 millones, y reduce su presencia a un 5% de la inversión global.
"La provincia de Barcelona sigue afectada por los efectos de la moratoria turística de la ciudad de Barcelona, así como por el efecto sobre inversores de la incertidumbre sociopolítica derivada de los movimientos independentistas y que han puesto en modo 'wait and see', en muchos casos, las decisiones de inversión en la zona", explica a este medio Miguel Vázquez, managing director de Hoteles de Colliers International Spain.
Según el experto, la moratoria ha hecho que se frene el número de operaciones "existiendo un diferencial significativo entre las expectativas de precio entre compradores y vendedores".
La caída de Barcelona contrasta especialmente con con el avance que ha registrado la provincia de Madrid, que crece un 72% respecto a 2017, hasta los 601 millones y representa ya un 13% de la inversión total que recibe España. También con la evolución del resto de la península -sin incluir Málaga-, que agrupa el 21% de la inversión total, 955 millones, cerca de duplicar los 534 millones recibidos en 2017.
A nivel capitales, Madrid logra, por cuarto año consecutivo, superar a la Ciudad Condal como destino de la inversión hotelera, recoge el informe de Colliers. Madrid recibió el año pasado 632 millones repartidos entre la venta de 17 hoteles ya construidos y la de dos inmuebles para su reconversión. Pese al repunte de 2017 en Barcelona se aprecia una ralentización de la inversión, que cae un 45% respecto a 2017, hasta los 232 millones y apenas diez operaciones -nueve hoteles y un inmueble para reconversión-.
Además del conflicto soberanista, el mercado español puede verse impactado por el brexit o la recuperación de destinos turísticos que compiten con España, como los países del Mediterráneo que en los últimos años se vieron afectados por conflictos políticos como Turquía, Egipto o Túnez, subraya el informe de Colliers.
MÁS OPERACIONES Y MÁS CARAS
En 2018, la inversión en España creció un 23% respecto a 2017, con un total de 273 operaciones y casi 36.200 habitaciones, según el informe que Colliers ha presentado esta semana la consultora. Además, el año pasado los hoteles se vendieron más caros: el precio medio pagado por habitación subió un 6,6% respecto a 2017, hasta los 126.835 euros por habitación.
“Las extraordinarias cifras de inversión registradas entre 2015 y 2018 y el perfil de los compradores sólo pueden entenderse como que España, y el sector hotelero en particular, ha conseguido el ‘investment grade’ por parte de los inversores institucionales y fondos internacionales, lo que seguirá influyendo positivamente en la inversión durante los próximos años”, sostiene Vázquez.
En el último año, aumentaron las transacciones de hoteles existentes y se redujeron las de suelo para reconversión a uso hotelero. Por regiones, Islas Canarias y Baleares se llevan el grueso de la inversión, con 1.631 millones y 944 millones, respectivamente. En este crecimiento ha tenido mucho que ver la concentración de la cartera de Hispania, que compró Blackstone, en las islas.
Además de Barcelona, la provincia de Málaga también ha perdido la mitad de su inversión en un año. Cerró 2018 con 215 millones, suma de 14 operaciones, muy por debajo de los 516 millones del año anterior.
Además, por tipos de activos, el segmento vacacional sigue siendo el favorito: un 66% de las operacciones, frente al 34% de hoteles urbanos. La tendencia se explica, según Colliers, por la concentración en zonas vacacionales de los porfolios más grandes que se han vendido en 2018.
Por último, el 71% de la inversión que llegó a España en 2018 fue internacional, sobre todo fondos de inversión. Las cadenas hoteleras pusieron un 11% del capital total, 512 millones, y las socimis un 4%, un 197 millones. La inversión nacional se reparte equilibrada entre cadenas (472 millones, con protagonistas como Riu, Hotusa o Meliá), inversores (471 millones) y socimis (440 millones).