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Iberdrola obtuvo un beneficio neto de 2.091 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que representa una caída del 13,5% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, cuando hubo unos extraordinarios de más de 700 millones.
La eléctrica ha explicado que durante el pasado ejercicio registró 759 millones de euros de partidas extraordinarias positivas correspondientes a la fusión de Siemens Gamesa, plusvalías de Neoenergia o la revisión del precio de contratos de aprovisionamiento de gas en España.
Así, el beneficio neto ordinario del grupo, excluyendo estos extraordinarios, fue de 2.051,3 millones de euros durante los nueve primeros meses del año, lo que supone un incremento del 38% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
El resultado bruto de explotación (EBITDA) de Iberdrola a cierre de septiembre se situó en los 6.720 millones de euros, con un incremento del 22,5% debido, principalmente, a la buena marcha del negocio internacional, que contrasta con la peor evolución en España.
Iberdrola reiteró que los resultados obtenidos a septiembre le permiten confirmar las previsiones para final de año de un EBITDA superior a los 9.000 millones de euros y un beneficio neto de 3.000 millones de euros para el cierre de 2018.
Por su parte, el negocio de Generación y Clientes en España, cuya posición neta es compradora de energía al tener más mercado que generación propia, redujo sus resultados en un entorno de mayores precios en el mercado mayorista, y de subida de las materias primas y de los derechos de emisión de CO2.
La deuda financiera neta ajustada a 30 de septiembre se sitúa en 34.379 millones de euros frente a los 33.698 millones a 30 de septiembre de 2017, principalmente como consecuencia del proceso inversor que se encuentra desarrollando el grupo. Como consecuencia, el apalancamiento financiero ajustado aumenta hasta el 44,5% respecto al 44,2% registrado a 30 de septiembre de 2017.
Mientras, las inversiones del grupo presidido por Ignacio Galán ascendieron a 3.645 millones de euros en el periodo, de las que cerca de un 80% se destinaron a los negocios de Redes y Renovables, de acuerdo a la estrategia de la compañía.
En línea con estos resultados, el consejo de administración de Iberdrola ha aprobado una remuneración a cuenta de 2018 de, como mínimo, 0,15 euros brutos por acción, dentro de una nueva edición del programa Iberdrola Retribución Flexible, que permite a los más de 600.000 accionistas de Iberdrola elegir entre recibir efectivo o nuevas acciones del grupo de forma gratuita.
El importe fijado supone un incremento del 7,1% con respecto al dividendo a cuenta de 2017 (0,14 euros brutos por acción) y se materializará en febrero de 2019.
A esta cantidad habrá que añadir la remuneración complementaria con cargo a 2018, que se abonaría en julio de 2019 tras su aprobación por parte de la junta general de accionistas.