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Iberdrola presenta sus resultados del primer trimestre del año la semana que viene y el consenso de los analistas anticipa un beneficio neto de 808 millones, según los datos de FactSet. La cifra estaría por debajo de los 838 millones que registró en el mismo período de 2018 pero la energética logrará un buen desempeño en todos sus negocios pese a un primer trimestre marcado por una menor producción de energía a nivel global, anticipan los analistas.
Entre enero y marzo, la producción ha sido más débil que hace un año, sobre todo en eólica terrestre e hidroeléctrica, como señalan los analistas de Citi. Aun así, los expertos esperan que la energética sea capaz de “presentar unos sólidos resultados con un avance del resultado bruto de explotación (Ebitda) del 6,7%, hasta los 2.480 millones”.
La clave de este resultado la tendrá la mejora en el impacto de las divisas (+1,8%) y en los precios de la energía (+3%), pero también la normalización en la operación en las redes de Estados Unidos y la plena integración de los nuevos parques eólicos offshore, sostienen los analistas.
Excepto en el negocio de distribución en Reino Unido, Citi espera “un sólido crecimiento Ebitda en todas las divisiones”. En particular, los analistas esperan un desempeño especialmente bueno en generación convencional en España y en distribución (+51%) “que debería beneficiarse de la suspensión del impuesto a la generación, mayores precios y una más elevada producción nuclear y de ciclos combinados (7,1% y 46,8%)”, apunta Citi en su último informe. El beneficio neto alcanzará los 850 millones, según sus previsiones.
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Según Citi, Iberdrola ha tenido un impacto positivo de unos 60 millones en el primer trimestre del año debido a la suspensión del impuesto a la generación. Este impuesto, de un 7%, se rebajó a un 0% el pasado mes de octubre en un intento del Gobierno por contener la espiral alcista del precio de la energía en el mercado mayorista. El pasado 1 de abril volvió a activarse.
La producción global de energía del grupo habría caído entre enero y marzo un 2,1%, comparado con 2018, según los datos provisionales que ha enviado al regulador. La culpa de la caída la tiene, sobre todo, una menor producción eólica terrestre (-13,4%), especialmente en España (-24,2%) y Estados Unidos (-11,4%) a pesar de haber aumentado su capacidad instalada respecto al año anterior.
Iberdrola también ha restado este primer trimestre la producción de ciclos combinados en Reino Unido, activos de generación convencional que vendió a Drax a finales de 2018 a través de su filial Scottish Power. En total, la producción en Reino Unido cayó un 61,4% en el trimestre.
El segundo mercado con mayor caída en producción es España, con un 6,1% menos entre enero y marzo. Al menor uso del carbón (-24%) se suma la venta de la planta termosolar de Puertollano a Ence a finales de año y una fuerte caída en la producción eólica e hidroeléctrica (-23%).
MEJORA "MODESTA" DE PREVISIONES
Los analistas creen que, aunque la producción hidroeléctrica y eólica se mantenga débil, particularmente en España, vuelva a pagar el 7% de impuesto a la generación y la incertidumbre en Reino Unido ponga dudas sobre la operación en este mercado, es posible que Iberdrola mantenga o eleve "modestamente sus previsiones de beneficio para 2019". La decisión vendría impulsada por "el entorno favorable de los tipos de cambio, menores tipos de interés y la potencial menor depreciación y amortización debido a que la vida útil residual de los activos nucleares en España es mayor de lo esperado", apunta Citi.
El consenso de los 26 analistas que cubren la acción de Iberdrola estiman que la facturación entre enero y marzo rozará los 9.930 millones, por encima de los 9.343,5 millones del primer trimestre de 2018. El Ebitda se situaría en los 2.440 millones, mejorando los 2.323 millones de hace un año, según los datos de FactSet.