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HSBC, el mayor banco de Europa, no ha cumplido con las expectativas en sus resultados de 2018. Después de un cuarto trimestre que ha resultado todo un desafío, con fuertes ventas globales y reducida actividad, la entidad ha publicado sus ganancias antes de impuestos, que fueron de 19.890 millones, un 15,9% superiores a las del año anterior.
Se esperaba que el banco con sede en Londres registrara un aumento del 23,8% en las ganancias antes de impuestos y que esta magnitud igualara los 21.260 millones en 2018. Los ingresos reportados del año pasado fueron de 53.780 millones, un 4,5% superiores a 2017, pero los datos de Refinitiv, basados en el consenso de 17 analistas, proyectaron que los ingresos serían un 6,28% superiores, de 54.674 millones de dólares.
La entidad ha advertido también de una perspectiva económica más débil para China y Gran Bretaña, que supondría nuevos obstáculos este año. Una desaceleración económica en China, exacerbada por su guerra comercial con Estados Unidos, plantea un desafío a la estrategia de HSBC de destinar más recursos a Asia, donde ya genera más de tres cuartos de sus ganancias.
HSBC dijo que pagará un dividendo anual de 0,51 dólares por acción, pero no anunció un nuevo plan de recompra de acciones como esperaban algunos analistas.
Las acciones del banco en el índice Han Seng de Hong Kong han caído un 2,7% tras el anuncio.