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Grifols se ha hundido en el Ibex. La compañía ha sido el valor más bajista tras ceder cerca de un 5,4% por el varapalo de UBS, que ha rebajado la recomendación del grupo a 'vender' y el precio objetivo a 18 euros por acción (desde los 25 euros anteriores).
UBS asevera que la tecnología anti-FcRn, que esperan llegará al mercado en 2021, amenaza con reemplazar el 20% de las ventas de Grifols. Este nuevo producto podría desatar un "shock en la demanda" de la farmacéutica.
El banco avisa de que este producto amenaza un 20% de las ventas de la compañía
UBS destaca que "el consenso aprece ignorar en gran parte este riesgo, pero nosotros vemos una posibilidad muy alta de que estos medicamentos reemplacen para 2022 una parte de las ventas del grupo".
La duda ahora es "el impacto competitivo" que pueda tener esta nueva tecnología, al poder encontrarse un "mercado limitado" o ser "aceptados rápidamente por el sector".
Por su parte, la farmacéutica se ha defendido del informe de UBS a través de un hecho relevante remitido a la CNMV que el "impacto de esta tecnología" en su negocio "sería mínimo", afirmando además que "dicho producto está en fase de aprobación y deberá demostrar una eficacia igual o superior a la inmunoglobulina". Además, "en el caso de que quede demostrada su eficacia, los FcRn sólo serían indicados para un pequeño número de enfermedades y pacientes".
Con todo, la farmacéutica asevera que "la demanda de inmunoglobulina sigue siendo muy superior a la oferta" y que la compañía "sigue innovando y desarrollando nuevas oportunidades para su uso, realizando inversiones en el suministro de plasma y la construcción de nuevas plantas productivas".
En los últimos tiempos, hasta tres grandes bancos han advertido ya del riesgo que esta tecnología entraña para la farmacéutica, aunque al mismo tiempo han mantenido su apoyo a Grifols. Barclays se refería a ello a mediados de agosto y Berenberg hacía lo propio a principios de septiembre. Citi también apuntaba a esta circunstancia en un informe publicado el pasado 18 de septiembre.
"Existen temores respecto a la compañía ante el potencial impacto que podría tener la tecnología emergente anti-FcRn sobre su negocio de inmunoglobulina", apuntaba Barclays. "La atención de los inversores debería centrarse en sus próximos resultados trimestrales (de Grifols), además de en el desarrollo de FcRn de cara al futuro", advertía.
Por su parte, los expertos de Berenberg señalaban que "los anticuerpos anti-FcRn, que son una nueva clase de terapias dirigidas a las enfermedades autoinmunes, suponen una amenaza creíble para las ventas de inmunoglobulina intravenosa de Grifols". A pesar de ello, estos analistas consideraban que el mercado está dando a estas amenaza más magnitud de la que tienen, al igual que a la probabilidad de que se materialicen y a su impacto financiero si esto acaba ocurriendo.
Varios laboratorios están desarrollando distintas terapias que se utilizan para combatir enfermedades del sistema inmunológico, en concreto enfermedades autoinmunes (en las que el propio sistema inmunológico ataca las células sanas de su cuerpo por error) basadas en anti-FcRn. Estos tratamientos pueden suponer una amenaza para las ventas de inmunoglobulina (IVIG) de Grifols, que está indicada para este tipo de trastornos.
"El potencial impacto de este nuevo tratamiento es difícil de medir, porque no se publican por separado las ventas de IVIG de Grifols, aunque sabemos que es uno de los principales hemoderivados de su división de Biociencias, que genera aproximadamente el 80% de las ventas totales", explicaba hace varias semanas Luis Arredondo, experto de Banco Sabadell, a 'Bolsamanía'.
Arredondo añadía que esta amenaza no es algo que vaya a concretarse a corto plazo dado que estas tecnologías "se encuentran en fase de desarrollo", aunque precisaba que el mercado seguirá en los próximos meses las novedades sobre el proceso de aprobación de las mismas.