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Grifols ha ofrecido esta viernes detalles relacionados con la empresa en relación con el Covid-19 y ha adelantado que, teniendo en cuenta el inventario de plasma y de las principales proteínas plasmáticas, así como todos los esfuerzos realizados a lo largo de la cadena de producción, está en disposición de proporcionar un suministro ininterrumpido de productos durante, al menos, medio año en términos globales.
Grifols ha explicado que cuenta con planes de contingencia multinivel para garantizar los procesos de fabricación y mitigar cualquier posible problema a nivel global. La diversificación geográfica de las plantas productivas permite a la compañía disponer de la flexibilidad necesaria para equilibrar la producción entre las diferentes instalaciones.
La biofarmacéutica realiza un seguimiento directo de potenciales impactos sobre sus operaciones y ha confirmado que actualmente todos sus complejos industriales permanecen abiertos.
Grifols ha dicho también que cuenta con los recursos y la liquidez necesarios para cumplir con todas sus obligaciones a corto y medio plazo. A 31 de diciembre de 2019, la posición de caja de la compañía se situó en 742 millones de euros que, conjuntamente con los 532 millones de euros procedentes de las líneas de crédito no dispuesto, elevan la posición de liquidez a 1.274 millones de euros.
Al mismo tiempo, la empresa ha subrayado que desde el comienzo de la epidemia ha estado trabajando en estrecha colaboración con las autoridades sanitarias de todos los países donde cuenta con mayor presencia, incluyendo Estados Unidos, España y China, entre otros.
En este sentido, Grifols ha compartido su conocimiento y tecnología sobre inactivación de plasma para transfusiones y sobre plasma convaleciente (plasma con anticuerpos contra el virus procedente de personas que se han recuperado de COVID-19) con diversas autoridades sanitarias internacionales y agencias reguladoras para desarrollar y producir un posible tratamiento antiviral con inmunoglobulinas en una instalación aislada destinada al fraccionamiento de plasma para múltiples usos (MPF, por sus siglas en inglés), que se construyó para dar respuesta al último brote de ébola.
Además, aprovechando su capacidad para desarrollar pruebas personalizadas para patógenos nuevos y emergentes, la compañía está acelerando el desarrollo de pruebas de alto rendimiento para el diagnóstico y la detección en plasma y sangre del nuevo coronavirus (COVID-19) mediante tecnología NAT.
"Grifols espera poder avanzar en la comprensión del virus y la enfermedad y mantiene un enfoque proactivo ante las amenazas emergentes que puedan poner en riesgo la integridad de la sangre", ha dicho la empresa.