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Gestamp ha marcado mínimos históricos en bolsa por el coronavirus y ha hecho un roto a la fortuna de la familia Riberas, máximo accionista del fabricante de componentes para la automoción con una participación del 69,789%.

Las acciones de Gestamp se han desplomado hasta 2,97 euros por acción, aunque en los peores momentos de la caída del miércoles llegaron a marcar un mínimo histórico intradía en 2,91 euros. Los títulos de la compañía comenzaron el año en 4,29 euros, pero desde entonces han encadenado una gran racha bajista, que se ha acelerado por la crisis del coronavirus. Esto ha hundido un 30% su cotización, hasta los mencionados 2,97 euros.

El grupo salió a bolsa en 2017 a 5,60 euros por acción, valorado en 3.222 millones de euros. La familia Ribera captó unos 1.000 millones de euros en la operación, que valoraba su 69,79% restante en 2.248 millones de euros. En junio de 2018, marcó un máximo histórico en 7,42 euros, pero desde entonces ha encadenado una tendencia claramente bajista.

Desde el máximo de 2019, marcado en 5,88 euros en el mes de abril, el valor se ha desplomado un 50%, lo que ha reducido su valor en bolsa hasta 1.711 millones de euros. Esto, a su vez, ha recortado el valor de la participación de la familia Riberas hasta 1.195 millones. Una reducción de 1.053 millones de euros sobre la valoración realizada hace dos años en la salida a bolsa.

PERSPECTIVAS NEGATIVAS PARA 2020

Gestamp presentó resultados anuales este miércoles tras el cierre del mercado y sus perspectivas para 2020 han sido negativas. A la mala evolución del mercado mundial de automóviles, inmerso en un cambio de paradigma hacia un modelo de negocio basado en la reducción de emisiones, se ha sumado la crisis del coronavirus, que ha paralizado la producción en China.

El consejero delegado de la empresa, Francisco López Peña, ha calificado como "adverso" el año pasado para el sector del automóvil, lo que ha obligado a Gestamp a tomar medidas de ajuste como "flexibilidad de la plantilla" y de reducción de sus inversiones de capital en 124 millones de euros durante el año pasado.

"El contexto de producción de automóviles ha evolucionado de manera muy negativa en los últimos dos años. En el corto plazo, estamos enfocados en el control de las inversiones, la flexibilidad de los costes laborales y la generación de 'free cash flow'", ha añadido el grupo.

Además, espera "nuevas medidas a lo largo de 2020, con el objetivo de continuar adaptándose a las cambiantes dinámicas del mercado. La compañía sigue enfocada en la eficiencia de las operaciones mientras disminuye el número de lanzamientos en relación a los proyectos existentes".

Sobre su exposición a China, Gestamp ha explicado que diez de sus once plantas en China están volviendo a ponerse en marcha, después de un cierre prolongado tras las vacaciones por el Año Nuevo por el brote de coronavirus. No obstante, la planta de Wuhan permanece cerrada "a la espera de las instrucciones del Gobierno chino".

Sus operaciones en China generaron unos ingresos de 847 millones de euros en 2019, el 9% de la facturación total de la empresa. Una exposición importante que supone una preocupación más para los inversores, tal y como reflejan los mínimos históricos del valor, que han reducido de manera importante la fortuna de los Riberas.

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