Casi dos décadas en un mercado con potencial de crecimiento que encallan por el modelo energético del Gobierno. Iberdrola ha pisado el freno en México y descarta nuevas inversiones en ese país, justo al mismo tiempo que crece en su vecino del norte. En Estados Unidos, Iberdrola acaba de anunciar la adquisición de PNM Resources, la energética estadounidense que es especialmente fuerte en Texas y Nuevo México.
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El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, descartaba esta semana (durante la presentación de resultados de los nueves primeros meses del año) que el grupo energético tenga en mente nuevas inversiones en el país presidido por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con quien mantiene una clara disparidad de criterios en cuanto a política energética.
"Si dicen que no inviertan empresas estratégicas, no lo haremos", aseguró Galán durante la conferencia con analistas. El directivo dejó claro que la estrategia energética la marcan los Estados, pero que la eléctrica no va a hacer nada por elevar su exposición en un mercado donde no ve opciones favorables para su desarrollo y que aporta cerca del 8% del negocio de la multinacional española.
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COTO A LA INVERSIÓN PRIVADA
"No estamos haciendo las políticas energéticas, las elaboran los Gobiernos", indicó Galán. Básicamente el choque son las limitaciones impuestas por el Gobierno de López Obrador a la inversión privada en materia eléctrica, dado que su Gobierno habla de llevar a cabo una política de “soberanía energética”.
El presidente mexicano respondió a las palabras de Galán manteniendo su hoja de ruta. "Nosotros no vamos a ceder en este asunto porque tenemos que defender el interés público, tenemos que defender el interés del pueblo, de la nación, a nosotros no nos interesa los negocios privados, nos interesan los negocios públicos", afirmó AMLO sólo unas horas después que Iberdrola anunciara que no va a hacer más inversiones si no cambian la situación en México.
De hecho, López Obrador fue un paso más allá y aseguró que la compañía con sede en Bilbao hizo antes de su llegada a la presidencia contratos "muy jugosos", con las anteriores administraciones, en referencia a la construcción de plantas de generación de energía.
El choque no es nuevo, pero va un paso más allá, aunque ha habido intentos por acercas posiciones. A mediados de septiembre, directivos de la eléctrica se reunieron con López Obrador. Este aseguró entonces que el diálogo había sido "en muy buenos términos" y que había "la mejor disposición de que se revisen contratos y que se mantenga el estado de derecho". Hoy, el acuerdo parece aún más lejos.
