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DIA se disparó un 63% en bolsa este martes, hasta 0,70 euros, después de que el inversor ruso Mikhail Fridman lanzara una opa sobre la cadena de supermercados planteada a 0,67 por título. Y varios de los inversores bajistas se han pillado las manos con sus últimas y arriesgadas apuestas; otros, en cambio, se habían 'forrado' hasta ahora con el desplome bursátil de la compañía y esta subida simplemente reduce un poco su ganancia.

Hay varios fondos que mantenían importantes posiciones bajistas y que se han visto afectados por este súbito repunte del valor. Los cortos consisten en tomar prestadas acciones de otro inversor para venderlas en mercado e ingresar su valor. Se apuesta por la caída de su precio y, si eso ocurre, se compran las acciones solo con una parte del dinero ingresado inicialmente (porque ahora son más baratas) y se devuelven a quien las prestó. La diferencia, es decir, el dinero que queda después de la compra, es la ganancia de la operación.

Por ejemplo, Melqart Asset Management ha sido el primero en reaccionar. Este fondo, con sede en Reino Unido, mantenía a mediados de diciembre una posición corta sobre el 1,53% de DIA, cuando la acción cotizaba a 0,46 euros. Desde entonces, había aumentado progresivamente su apuesta bajista hasta el 2,45%. En este periodo, el título ha cotizado por debajo de 0,45 euros, por lo que las últimas posiciones han perdido mucho dinero.

Por ello, tras la opa de Fridman ha reducido su exposición de manera importante hasta el 1,89%. Curiosamente, Melqart AM es el único bajista que también tenía una inversión bajista del 0,7% cuando Banco Popular fue intervenido. Al contrario que ahora, en ese caso hizo un negocio redondo cuando los títulos del banco perdieron todo su valor.

Por el momento, los inversores cortos no han comunicado más movimientos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), aunque seguramente lo harán en los próximos días puesto que una subida como la del martes les obliga a cerrar las posiciones.

Sin ir más lejos, otro fondo británico, Makuria Investment Management, había aumentado su posición corta hasta el 1,44% desde el 1,28% este mismo lunes. A finales de noviembre, era del 0,7% del capital, cuando DIA cotizaba a 0,66 euros. El 11 de diciembre, con el valor a 0,41 euros, redujo su presencia hasta el 0,22%, pero la fue aumentando paulatinamente, siempre con el título por debajo de 0,50 euros, hasta el mencionado 1,44%. Es decir, sus últimas posiciones también le han provocado pérdidas.

Del mismo modo, Caius Capital, que el pasado 31 de octubre mantenía un corto sobre el 0,98% del capital, cuando la acción cotizaba a 0,70 euros, había elevado este lunes su posición hasta el 2,63%. Su última venta en corto se produjo el pasado 7 de diciembre, cuando el título cotizaba a 0,55 euros. Sin duda, estos dos fondos no esperaban la opa de Fridman, o no la esperaban tan pronto.

Otro inversor que mantiene posiciones cortas destacadas es Kite Lake Capital Management, que el pasado 31 de enero aumentó su presencia bajista hasta el 2,26%. Este fondo solo tenía cortos por el 0,82% de DIA el pasado 7 de diciembre, con el título a 0,55 euros.

Por su parte, Citadel Europe tenía una posición bajista equivalente al 1,14% del capital el 14 de diciembre, cuando el valor marcaba precios de 0,50 euros. Desde entonces y hasta el pasado 31 de enero, había aumentado progresivamente su apuesta hasta el 2,33%.

Además, Citadel Advisors, que el pasado 27 de julio mantenía una apuesta corta sobre el 0,57% (con la acción a 2,08 euros), elevó su posición hasta el 0,9% el pasado 16 de enero. Por último, PDT Partners está bajista por el equivalente al 0,8% desde el 21 de noviembre, cuando el valor cotizaba a 0,79 euros. Entre todos estos inversores, tenían vendido el 12,25% del capital de DIA.

Los 0,67 euros ofrecidos por Fridman supone un suelo para el valor, pero el inversor ruso no ha ganado la batalla, porque necesita alcanzar un acuerdo con la banca acreedora para que su ampliación de capital tenga éxito y puede que se presenten contraofertas.

En este sentido, será interesante comprobar cuál es la operativa que siguen estos inverores bajistas, acostumbrados a jugar en el filo del navaja, ya que pueden ser un buen termómetro para valorar las posibilidades de éxito de Fridman. Por el momento, el ruso ya les ha dado un buen susto.

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